Presentación Dossier Nro. 54 Economía Social y circuitos socioeconómicos Repensando los vínculos de las experiencias asociativas

Presentación Dossier Nro. 54

Economía Social y circuitos socioeconómicos. Repensando los vínculos de las experiencias asociativas

 

En el presente dossier encontramos valiosos aportes que, investigadores e investigadoras han compartido en las XV Jornadas Nacionales de Investigadores en Economías Regionales desarrolladas en octubre de 2022. Dicho evento fue organizado por la Línea de investigación en Desarrollo Regional y Economía Social del Centro de Estudios Urbanos y Regionales del CONICET (DRyES-CEUR-CONICET) y por la Facultad de Agronomía de la UBA en su sede como anfitriona.

Las Jornadas Nacionales de Investigadores en Economías Regionales se desarrollan consecutivamente desde el año 2007 en diversos puntos del país. La iniciativa parte de la Línea de Investigación sobre Desarrollo Regional y Economía Social (DRyES) del Centro de Estudios Urbanos y Regionales-CONICET y tienen por objetivo general fortalecer e incrementar la reflexión y el debate, así como el trabajo científico en red, sobre el estudio de las economías regionales, la economía social y solidaria y la formulación de políticas de desarrollo en Argentina.

Para el cumplimiento de estos objetivos, las Jornadas atraviesan tópicos de análisis y reflexión en diversas temáticas: economías regionales, desarrollo (regional, rural y urbano), planificación económica, economía y cuestión ambiental, políticas públicas y economía social y solidaria. Año a año se van adecuando a las nuevas coyunturas y necesidades sociales; para ello, en cada evento el DRyES-CEUR/CONICET se asocia con una Universidad Pública que actúa como anfitriona y se convocan a representantes de todo el país y países vecinos (investigadores, docentes y estudiantes avanzados de postgrado y de grado) a sumar sus aportes e intercambios. La Universidad Nacional de Quilmes acompaña la iniciativa desde sus inicios y es un sólido sostén de la RED de Investigadores nucleados en cada encuentro y en iniciativas colectivas posteriores; continúa impulsando las Jornadas y ha contribuido a generar un volumen significativo de materiales teóricos sobre las problemáticas abordadas y una red de colegas que se despliega, como decíamos, en cada una de las universidades nacionales del país y centros de investigación y universidades latinoamericanas y europeas.

El Comité Académico de las XV JNIER, en acuerdo con los Editores de la Revista Mundo Urbano de la Universidad Nacional de Quilmes, han acordado canalizar en el actual número aspectos de la problemática y debate sobre la Economía Social; la misma repite experiencias y maneras de manifestarse que, aún aquellas que surgen en el ámbito de la producción agrícola, cada día tiene mayor presencia en los territorios periurbano e inclusive en las grandes ciudades y sus mercados de consumo, sea de productos como de servicios. Por esta razón, se ha pensado un dossier en Mundo Urbano, ya que la economía social y sus estrategias de sostenibilidad generan un espacio que nos convoca en la búsqueda de soluciones o alternativas de desarrollo hacia una mejor calidad de vida; pensar una economía que nos contenga a todxs con lazos solidarios y estables en el tiempo.

 

Mg. Inés Liliana García

CPA Principal Ceur Conicet

Introducción Dossier: Economía Social y circuitos socioeconómicos Repensando los vínculos de las experiencias asociativas

 

Introducción Dossier Nro. 54: Economía Social y circuitos socioeconómicos. Repensando los vínculos de las experiencias asociativas

 

 Coordinadoras invitadas: Aldana García Tarsia y Milagros Bordalejo

 

Los artículos de este Dossier fueron presentados en una versión preliminar en las XV Jornadas de Investigadorxs en Economías Regionales, llevadas a cabo en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires en octubre de 2022. Tras dichas Jornadas los autores y las autoras, readaptaron sus ponencias, actualizándolas e incorporando más información y dándole formato de artículo académico.

Los artículos aquí presentados giran en torno a los circuitos socioeconómicos de diversas experiencias asociativas/populares y las estrategias de integración cooperativa que desarrollan para reproducirse intertemporalmente. Se propone leerlos desde un abordaje integrador que permita tener una visión ampliada acerca de las diferentes formas que toma la economía social en la actualidad y los vínculos entre distintas experiencias y entre éstas y el Estado (en sus múltiples niveles).

Los cuatro textos que se encuentran en este dossier reconocen el rol central del Estado en el diseño e implementación de políticas públicas que beneficien a la población. En esta línea, también destacan la necesidad de articular los diferentes actores que componen la esfera socio-económica para poder garantizar, por ejemplo, el derecho a la alimentación y al trabajo digno.

En los trabajos también se revalorizan las diversas estrategias de las experiencias asociativas y de los movimientos sociales para paliar los efectos de la crisis y de la pandemia y las necesidades de sostenibilidad en cuanto a la comercialización de sus productos y/o servicios, así como potenciarse en redes. En ese contexto, los y las autoras destacan la crucial importancia que poseen los vínculos con la comunidad donde se insertan las experiencias para la reproducción de las mismas.

El artículo de Bárbara Altschuler, Gabriela Viviani y Laura Niño titulado “Circuitos socioeconómicos y asistencia alimentaria durante el Covid-19 en Quilmes, Buenos Aires” tiene como objetivo identificar, analizar y visibilizar el trabajo de asistencia alimentaria que realizan las organizaciones sociales e instituciones en el territorio de Quilmes (Provincia de Buenos Aires) y las formas de acceso a los alimentos de los Centros de Complementación Alimentaria de dicho partido. Las autoras entienden a los circuitos socioeconómicos alimentarios como una articulación entre sujetos y actores vinculados  a la producción, la comercialización o intermediación solidaria, el consumo organizado y/o el compre público alimentario. Los Centros de Complementación Alimentaria, por otro lado, son dispositivos de interacción territorial que gratuitamente proveen mercadería en bolsones/canastas o de raciones de comida caliente con el fin de garantizar las condiciones mínimas para satisfacer el derecho a la alimentación. En estos últimos, hay un destacado rol de las mujeres en la asistencia alimentaria, lo que da cuenta de la feminización de las tareas de cuidados.

Alberto Gandulfo y Alejandro Rofman, en su texto “Producción y consumo de alimentos: una estrategia superadora” comentan que un número considerable de gobiernos locales y provinciales implementaron programas de abaratamiento de alimentos, fomento de la producción local y de acceso al consumo popular. Las diferentes herramientas de políticas públicas ideadas contaron mayoritariamente con una gestión conjunta entre Estado, organizaciones de productores, universidades nacionales, INTA y comercializadoras solidarias. Los autores van más allá y plantean la necesidad de coordinar las múltiples experiencias existentes en una “Gran Red de Redes” vincule a las distintas experiencias y proponen la creación de “Sistemas Locales de Producción y Consumo de Alimentos Saludables” para garantizar el acceso a los alimentos priorizando la agricultura familiar y la recuperación de las economías regionales. Destacan el caso del municipio de Marcos Paz (Provincia de Buenos Aires), donde el gobierno se convirtió en un actor central para coordinar el círculo de producción local y consumo popular a través de la creación de una marca colectiva de leche y su comercialización en más de cuarenta almacenes locales, además de la creación de dos ferias de comercialización de productos locales.

En el artículo “Integración cooperativa: herramienta para el fortalecimiento económico, social e institucional. El caso de la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia LTDA.”, Verónica Parmigiani recupera brevemente la historia de la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia, ubicada en el partido de Tigre (Provincia de Buenos Aires), surgida inicialmente para mejorar la forma de realizar las tareas de recolección de residuos de los recuperadores urbanos. En la actualidad, realizan la recolección diferenciada en algunos barrios privados de la Zona Norte del AMBA, organizan talleres de capacitación en soldadura y carpintería a los nuevos socios y producen equipamiento urbano realizado con madera plástica reciclada y útiles escolares con telgopor reciclado. La cooperativa se integra dentro de Federaciones no solo para mejorar la calidad de vida de sus integrantes y fomentar el trabajo decente y el desarrollo local, sino que también para poder disputar la posibilidad de generar políticas públicas de abajo hacia arriba, co-creadas y co-gestionadas. Asimismo, la articulación con otras experiencias permite entrar en contacto y diseñar estrategias flexibles que permitan que las cooperativas reaccionen con rapidez a las necesidades del mercado y su comunidad.

Por último, el artículo de Milagros Bordalejo y Aldana García Tarsia titulado “Circuitos productivos regionales: estado de la cuestión de una herramienta analítica para reflexionar en el siglo XXI” recupera los “circuitos productivos regionales” a través de una revisión bibliográfica de autores/as de América Latina. Se presenta a los circuitos como una herramienta analítica para analizar las relaciones de poder y las formas de acumulación y distribución del excedente en los diversos encadenamientos productivos. Luego de un breve resumen de los principales aportes de diferentes textos, las autoras proponen aplicar la herramienta al realizar un análisis del circuito productivo de la yerba mate en la provincia de Misiones.

Circuitos socioeconómicos y asistencia alimentaria durante el Covid-19 en Quilmes, Buenos Aires

 

 

Circuitos socioeconómicos y asistencia alimentaria durante el Covid-19 en Quilmes, Buenos Aires[1]

 

Altschuler, Bárbara. Universidad Nacional de Quilmes,Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Viviani, Gabriela. Universidad Nacional de Quilmes, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Laura Niño, Universidad Nacional de Quilmes Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Resumen

El artículo presenta resultados de investigación sobre la asistencia alimentaria que realizaron organizaciones sociales del sur del conurbano bonaerense durante el Covid-19 y analiza su posible articulación con circuitos socioeconómicos alimentarios. A través de una encuesta aplicada a 92 Centros de Complementación Alimentaria (CCA) durante 2021, nos propusimos conocer las formas de acceso a los alimentos y visibilizar el trabajo de las organizaciones en el territorio, con la finalidad de co-construir posibles procesos de abastecimiento y circuitos socioeconómicos alimentarios desde la Economía Popular, Social y Solidaria (EPSS).               

Palabras Clave: Circuitos Socioeconómicos; Investigación Acción Participativa; Abastecimiento Alimentario; Quilmes; Pandemia COVID-19.

 

Abstract

The article presents research results on food assistance carried out by social organizations in the south of the Buenos Aires suburbs during Covid-19 and analyzes its possible articulation with socioeconomic food circuits. Through a survey applied to 92 Food Supplement Centers (CCA) during 2021, we set out to know the ways of accessing food and make visible the work of organizations in the territory, with the purpose of co-constructing possible supply processes. and socioeconomic food circuits from the Popular, Social and Solidarity Economy (EPSS).

Keywords: Socioeconomic Circuits; participatory action research; Food Supply; Quilmes; COVID-19 pandemic.

Introducción

Compartimos en este trabajo los resultados del Proyecto de Investigación “Fortalecimiento de circuitos socioeconómicos alimentarios para la atención de la emergencia alimentaria ante el COVID-19 en el Partido de Quilmes y aledaños”, financiado por el Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT) de Argentina[2]. En la línea de investigación que nos ocupa, el proyecto se propuso abordar el análisis y desarrollo de conocimientos sobre comedores, merenderos y puntos de distribución de alimentos de la región sur del Gran Buenos Aires (GBA), a los que llamamos en su conjunto Centros de Complementación Alimentaria (CCA), para analizar y proyectar de manera estratégica su articulación con circuitos socioeconómicos alimentarios de la Economía Popular, Social y Solidaria (EPSS).

Junto a la pandemia de COVID-19 salieron a la luz problemáticas socioeconómicas estructurales de nuestros países, como las fuertes brechas de desigualdades de diverso tipo existentes -socioeconómicas, étnicas y de géneros entre otras-, el aumento de la pobreza y el desempleo estructural, la degradación socio-ambiental y del hábitat, y la desvalorización de las actividades fundamentales para la sostenibilidad de la vida. Dichas problemáticas se vinculan con fenómenos más amplios, como son las estructuras asimétricas de poder, el elevado nivel de concentración de la producción y los mercados, y el predominio de lógicas económicas especulativas, neoextractivistas y de acumulación por desposesión por parte de grandes poderes transnacionales o locales, que en ciertos casos llegan a la ocupación territorial violenta o al desplazamiento poblacional forzado de grupos sociales y comunidades (Pastore, Niño, et. al, 2020, Pastore, 2020 y 2021).

El empeoramiento de la situación socioeconómica previo a la Pandemia ocurrida en el marco del regreso de políticas neoliberales a Argentina entre 2016 y 2019 (gobierno de M. Macri implicó un aumento de los índices de pobreza y vulnerabilidad social, marcando una situación social crítica que llevó a declarar la “Emergencia alimentaria” en diciembre de 2019 (Ley 27519). El gobierno de A. Fernández prorrogó dicha Ley e impulsó desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación el “Plan Argentina contra el Hambre” (Resolución 8/2020), cuyo objetivo general era garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de toda la población, con especial atención en los sectores de mayor vulnerabilidad económica y social[3]. La ley propone como aspecto novedoso -en su Artículo 9- la Federalización del Mercado Central y privilegia a la economía popular en articulación con la agricultura familiar, a través de la creación de ferias locales, a los fines de abastecer de productos sanos, saludables y económicos al consumidor final y a las entidades registradas en el RUIPA lo cual resulta muy interesante en términos de circuitos locales de producción y consumo, pero como veremos más adelante, estos requieren de políticas y estrategias específicas para su construcción y sostenimiento.

En este marco, la llegada del Covid-19 y las medidas de ASPO y DISPO tomadas durante 2020 y 2021, complicaron más aún las cosas, imposibilitando el acceso de los sectores populares, e informales en particular, al trabajo y los ingresos básicos, impactando también fuertemente en el aumento de los precios de los alimentos y la necesidad de controlar los niveles de inflación que eran ya desorbitantes, aunque sin resultados muy satisfactorios hasta la actualidad.

Así, la pandemia puso en evidencia aún más la necesidad de avanzar en políticas y estrategias de desarrollo socioeconómico orientadas a garantizar derechos para la sostenibilidad de la vida. En particular para nuestro tema, el acceso a alimentos suficientes y de calidad, así como la posibilidad de acceder a circuitos socioeconómicos de cercanía.

Entendemos a los circuitos socioeconómicos alimentarios como aquellos que, de acuerdo a sus finalidades, actores, relaciones y territorialidad “encastran” lo económico en función de las necesidades sociales, en este caso el acceso alimentario y del mejoramiento de las condiciones de venta e ingresos de unidades productivas locales, en particular de la agricultura familiar y de cooperativas de alimentos (Pastore, 2020). Se conforman en torno a redes y tramas de valor (Caracciolo, 2017) entre sujetos y actores vinculados a la producción, la comercialización o intermediación solidaria, el consumo organizado y/o el compre público alimentario. Estos circuitos socioeconómicos propenden en sus lógicas de acción y resultados a mejorar las condiciones de acceso a la alimentación saludable como un derecho, promoviendo la organización y re-significación del consumo y, al mismo tiempo, buscan contribuir a potenciar las condiciones de producción e ingresos de pequeñas y medianas unidades socioeconómicas de la agricultura familiar y campesina, de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMES) alimentarias locales, de las asociaciones y cooperativas agrarias y/o alimentarias.

La línea de investigación cuyos resultados compartimos en esta ponencia se propuso identificar, analizar y visibilizar el trabajo de asistencia alimentaria que realizan las organizaciones sociales e instituciones en el territorio de Quilmes y aledaños, y conocer la demanda y las formas de acceso a los alimentos de los CCA de dicho partido, con el objeto de pensar y co-construir posibles procesos de abastecimiento y circuitos socioeconómicos alimentarios desde la EPSS, así como generar información pública que aporte a la toma de decisiones y construcción de estrategias de los actores sociales del territorio en dicho sentido.

2. Diseño metodológico de la investigación

Realizamos esta investigación desde el enfoque de la Investigación Acción Participativa (IAP), la cual, implica la co-construcción desde los problemas e instrumentos de investigación con los propios actores involucrados hasta la puesta en común, diálogo y socialización de los resultados de la investigación con estos, en pos de pensar acciones y estrategias conjuntas para actuar sobre la realidad y las problemáticas identificadas. En este caso, ello significó trabajar con una problemática compleja, en un momento muy difícil para la población y las condiciones de vida en general. Así, la investigación se realizó desde un abordaje interdisciplinario, de diálogo de saberes y co-construcción de conocimientos con distintos tipos de actores del territorio: organizaciones sociales y comunitarias, funcionarios locales, activistas y militantes sociales que gestionan los comedores, merenderos y puntos de distribución de alimentos en barrios populares, mesas de actores locales y con algunas de las iniciativas existentes de circuitos cortos alimentarios.

La unidad de análisis de la investigación la constituyó lo que definimos como Centros de Complementación Alimentaria (CCA). Entendemos por CCA aquellos dispositivos de interacción territorial que tienen como finalidad brindar las condiciones mínimas para la satisfacción del derecho a la alimentación, a partir de una prestación gratuita, con frecuencia diaria o semanal, de alimentos elaborados (comida caliente) o provisión de mercadería en bolsones o canastas (frescos y secos). Los CCA permiten garantizar las condiciones mínimas de alimentación para niños/as, adolescentes, jóvenes y sus familias y adultos mayores. Cuentan con distintos tipos de financiamiento: fondos estatales de diferentes niveles de gobierno (municipal, provincial, nacional) y fondos privados, ya sea de organizaciones no gubernamentales (ONGs), aportes comunitarios, empresarios, o de personas individuales.

El proceso de relevamiento se llevó adelante en 5 momentos: 1) búsqueda de antecedentes y articulación con organizaciones/actores territoriales, 2) entrevistas y relevamiento para construcción del Directorio, entendido éste como el listado general de CCA identificados y sus datos básicos de contacto y tipo, 3) diseño del instrumento de relevamiento, el cual se construyó como una encuesta electrónica estructurada y autoadministrada, diseño de la muestra, prueba piloto y ajuste del instrumento, 4) conformación y capacitación del equipo mixto de seguimiento e implementación de la encuesta, 5)  procesamiento de la información, análisis, construcción de informes y comunicación. Dentro de este punto y de manera paralela a algunos de los anteriores, se llevó a cabo el diseño del Mapeo y la página Web del proyecto con sus principales resultados[4], así como la puesta en común con las organizaciones sociales e instituciones del territorio.

Para la implementación y seguimiento del trabajo de campo se convocó a 4 estudiantes y/o egresadas/os de la Tecnicatura Universitaria en Economía Social y Solidaria (TUESS) de la UNQ y a 6 integrantes de los movimientos sociales del territorio, quienes distribuyeron la encuesta y realizaron el seguimiento de su implementación durante el mes de mayo de 2021. 

Dentro del primer momento, se realizó una búsqueda bibliográfica sobre antecedentes de investigación en el tema, así como también sobre circuitos socioeconómicos alimentarios y centros de complementación alimentaria. Esta búsqueda nos permitió construir una definición operativa (antes descrita), que orientó el trabajo de campo. En segundo lugar, se realizaron entrevistas en profundidad a actores clave de organizaciones sociales y religiosas y a funcionarios municipales, con el fin de alcanzar un mayor grado de conocimiento de las especificidades y diversidad de los CCA y servicios alimentarios a relevar. De esta manera, se construyeron los objetivos específicos del relevamiento, así como una tipología de CCA a partir del tipo de inserción organizativa/institucional y la decisión de compra de los comedores y merenderos.

Identificamos los siguientes tipos de Centros de Complementación Alimentaria:

● Instituciones religiosas: estos CCA dependen de instituciones y movimientos religiosos, tanto católicos, como evangélicos y adventistas, entre otros.

 Movimientos sociales u Organizaciones políticas: CCA que dependen de movimientos sociales y políticos

● Comedores escolares: CCA en funcionamiento en las escuelas públicas que dependen de los Sistemas Alimentarios Escolares.

● Centros de organizaciones de base: estos CCA dependen de diferentes organizaciones comunitarias, como por ejemplo sociedades de fomento, clubes deportivos, asociaciones, fundaciones, espacios comunitarios o grupos de vecinos organizados.

  Municipales: CCA dependientes del Gobierno Municipal.

 Centros de jubilados: espacios organizados por sociedades de fomento, clubes deportivos, asociaciones o espacios comunitarios. Brindan atención a adultos mayores y están reconocidos por el PAMI.

El Directorio se conformó finalmente con 250 CCA identificados, de los cuales 160 pertenecen a movimientos sociales, 52 a instituciones religiosas y 38 a organizaciones de base comunitaria[5]. Como tercera etapa, y de acuerdo a la información cualitativa (entrevistas) y cuantitativa (Directorio) relevada, se diseñó la encuesta electrónica autogestionada, con 49 preguntas cerradas de única opción y/o de opción múltiple y algunas preguntas abiertas, para ser aplicada a encargadas/os o referentes de los CCA de Quilmes y aledaños. Esta herramienta se retroalimentó con el diálogo permanente con los actores sociales, definiendo así los bloques temáticos y las variables a relevar, así como  las preguntas y opciones de respuestas correspondientes. Una vez diseñada la encuesta, se realizó una prueba piloto con 5 CCA de organizaciones diversas, para poner a prueba y ajustar la herramienta de relevamiento.

El relevamiento indagó sobre tres grandes cuestiones o bloques de análisis: las características generales de los CCA, el servicio alimentario brindado y la modalidad de acceso a los alimentos.

Respecto del cuarto momento (implementación), se conformó y capacitó un equipo de seguimiento y supervisión para la implementación del cuestionario, formado como ya señalamos de manera mixta entre la Tecnicatura Universitaria en Economía Social y Solidaria de la UNQ y miembros designados por las organizaciones participantes, entre las que se sumaron los movimientos sociales Nuestra América, Movimiento de Trabajadores Excluidos, Frente Popular Darío Santillán y la colaboración del Movimiento Evita, Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie. La coordinación de este equipo fue realizada de manera personal y grupal, dando soporte tanto sobre las herramientas y metodologías a utilizar para el seguimiento con las limitaciones que implicó la imposibilidad del encuentro personal debido a las medidas de aislamiento. Así y todo, se logró contactar al 43% del listado original, de los cuales el 37% contestó efectivamente la encuesta. Los contactos fallidos (celulares no aptos para recibir encuesta o fuera de servicio) fueron del 20% y un 37% no respondió al contacto.

La implementación de la encuesta se realizó durante el mes de mayo de 2021. Teniendo en cuenta el nivel de respuesta esperado de una encuesta autoadministrada, se propuso lograr como resultado el relevamiento de una muestra representativa amplia según tipo de CCA de al menos un 30% de los casos identificados (muestra estratificada por tipo de organización), lo cual fue logrado satisfactoriamente con 92 CCA que completaron la encuesta, sobre un total de 250 CCA identificados en el Directorio (37%).

Por último, los datos obtenidos en la encuesta fueron procesados mayoritariamente con planillas de cálculo, así como con el programa R para algunas variables cuantitativas y QGIS para la georreferenciación.

Como parte de la propuesta de IAP se llevaron a cabo al final del proceso (septiembre 2021) dos encuentros vía Zoom con la finalidad de socializar los resultados obtenidos.

3. Principales resultados del relevamiento

Presentaremos en esta ponencia una síntesis de aquellos resultados que consideramos que aporten al conocimiento de las dinámicas y particularidades de la asistencia alimentaria y puedan contribuir a construir información pública destinada a la promoción de circuitos socioeconómicos en vinculación con unidades productivas de las Economía Social Solidaria y Popular.[6]

3.1. Caracterización general de CCA y de las/os encuestadas/os

Este primer bloque de la encuesta incluye: 1) datos sociodemográficos y tipo de roles de las/os encuestados, 2) ubicación geográfica y distribución socio- espacial de los Centros al interior del partido de Quilmes, y 3) caracterización general del centro, año de inicio, tipo de organización de pertenencia y otros servicios que presta además del alimentario.

En primer lugar, la amplia mayoría de las/os encuestadas/os (aquellas personas consideradas por las propias organizaciones como referentes o responsables del CCA) se identificaron como mujeres (82,65%), lo cual da cuenta de una fuerte feminización del rol social de asistencia alimentaria.

La mayoría de los CCA se encuentran en Quilmes Centro (50), Quilmes Oeste (49) y Bernal Oeste (42), seguido de Solano (30), Ezpeleta (24) y Bernal Este (21). Dentro del Partido de Quilmes, la localidad con menos CCA es Ezpeleta Oeste (5), si bien cabe destacar que es la localidad con menor superficie, y además tiene el mismo número de CCA que los partidos aledaños.[7]

De los CCA encuestados, casi el 80% forma parte de instituciones mayores, de los cuales en su amplia mayoría (casi 75%) son movimientos sociales u organizaciones políticas, seguido de instituciones religiosas (15%). Entre quienes respondieron “otros”, se cuentan diversas organizaciones de base, un centro de rehabilitación de adicciones, puntos solidarios impulsados por la Municipalidad de Quilmes, el Patronato de liberados, y otro tipo de asociaciones civiles. Por otra parte, observamos que del total de CCA encuestados, casi el 20% no forma parte de instituciones o redes más amplias, siendo clasificadas como “organizaciones de base”, como ser comedores barriales, familiares o de organizaciones comunitarias del partido.

Por otra parte, la amplia mayoría de los CCA (97%) del partido realiza otro tipo de actividades para la comunidad, además del servicio alimentario; sólo el 3% de los Centros consultados respondió no realizar otras actividades. Entre las actividades que brindan se destacan: apoyo escolar y otros servicios educativos como alfabetización de adultos (casi el 30%); actividades productivas, de generación de trabajo y/o de economía social y solidaria (17%); de deporte y cultura (15%); atención en temas de género, violencia, Educación Sexual Integral (ESI) y/o diversidad sexual (12,4%); y atención de salud/ medicamentos/ discapacidad (12%), entre muchas otras actividades que realizan.

3.2. Tipo de servicio alimentario que prestan los CCA

En este bloque se presenta la frecuencia de prestación de los dos tipos de servicios alimentarios: mercadería en formato de bolsones y comidas preparadas en los CCA ya sea en desayuno, almuerzo, merienda o cena que, en contexto de pandemia. Se entregaron en forma de viandas. Además,  los principales productos que se entregan en los bolsones, las cantidades de bolsones y raciones entregadas, y la cantidad de personas que asiste a los comedores, entre otras cuestiones.

Del total de CCA encuestados, la gran mayoría (85%) presta el servicio alimentario de viandas o comida preparada. Observamos por otra parte que el 57% de los CCA también entrega mercadería en formato de bolsones alimentarios, principalmente productos de almacén (no perecederos). En ese sentido, podemos decir que aproximadamente la mitad de los CCA presta ambos servicios alimentarios a la comunidad. En cuanto a los CCA que entregan bolsones de alimentos (56%), observamos una prevalencia importante en la entrega de alimentos secos, entendidos como aquellos alimentos no perecederos. En cuanto a los alimentos frescos como hortalizas, frutas, verduras y carnes, observamos poca distribución, con tan solo un 6% de entrega.

En cuanto a la frecuencia de entrega de los bolsones, más de la mitad de los CCA los entrega una vez por mes, mientras que el resto lo hace una vez por semana o cada quince días. Realizamos una estimación sobre el total de bolsones entregados en una jornada y por mes para el conjunto de los 250 CCA identificados, llegando a estimar que entregan aproximadamente 23.845 bolsones por mes.

En cuanto a la forma de suministro de los alimentos, encontramos que en cerca de un tercio de los casos (37% para el caso de bolsones de alimentos secos y 33% en el caso de alimentos frescos) son retirados por parte de los comedores en un centro de acopio de la organización o institución de pertenencia que provee los alimentos. Esto implica que la logística necesaria para el suministro de los bolsones es resuelta en algunos casos por los propios comedores.

Los 71 comedores que respondieron que entregan raciones de comida caliente en la encuesta suman un total de 11.224 raciones por jornada. Haciendo una proyección para el conjunto de los 250 CCA estimamos que entregaron 30510 raciones en una jornada y en el pico de mayor demanda llegaron a asistir a 39628 personas.

3.3 Modo de acceso del CCA a los alimentos y vinculación con la EPSS

Todos los CCA encuestados fueron consultados respecto a la forma en que acceden a los alimentos para evaluar las decisiones de compra. Así, vemos que en general, el 38,4% compra directamente la mayor parte de los alimentos, mientras que el 61,6% es abastecido por su organización o institución de pertenencia.

Se nuclearon cuatro tipos de proveedores donde los CCA compran los alimentos, mayoristas, supermercados, distribuidoras, almacenes y entidades de la economía social y solidaria (ESS). Se puede observar que el 74% de las compras se realiza siempre o muy seguido en mayoristas, almacenes y supermercados, quedando el resto entre las distribuidoras zonales y la economía social, particularmente esta última con un valor del 7,4% de la compra de los CCA. Es importante remarcar este punto, ya que los CCA son entidades mayoritariamente conformadas dentro de un grupo altamente conectado con la EPSS, pero, sin embargo, las compras las realizan a otros tipos de unidades económicas-comerciales. Sería oportuno entonces realizar alguna integración en la cadena de abastecimiento, con el fin de articular estas entidades estrechamente relacionadas.

Uno de los elementos clave a revisar y analizar es la construcción del conjunto de alimentos secos y frescos que forman parte de la oferta, tanto  de los dispositivos de bolsones como de los alimentos preparados que se entregan en los CCA. Estos están principalmente marcados por alimentos ricos en carbohidratos y calorías (fideos, arroz, azúcar, papa, cebolla, morrones, entre otros). Observamos que, de una lista de 17 productos, los siete (7) alimentos más comprados por los CCA son carnes, aceite, hortalizas, azúcar, huevos, condimentos y harinas. Mientras que los cuatro (4) productos menos comprados son los panificados, enlatados, polenta y leche fluida.

Respecto a la percepción que los CCA tienen sobre los productos de la ESS podemos analizar lo siguiente: la mitad (57%) de los CCA percibe que los productos de la economía social y solidaria (cooperativas, emprendimientos familiares, agricultura familiar, etc.) no son conocidos (32%) o les son muy difíciles de conseguir (25%). En cuanto a la calidad, los CCA perciben que son de buena calidad y muy pocos mencionan (12%) que son más caros que los convencionales. Desde ya, este es un dato fundamental para nuestro tema, desde el cual se identifican potenciales líneas de trabajo en relación a la difusión y divulgación de los productos de la ESS, su procedencia y precios, así como también estrategias que faciliten el acceso de los productos hacia los comedores. 

3.4. Organización y retribución del trabajo en los CCA

Entre los módulos de la encuesta, se dio importancia también a relevar y visibilizar el modo en que los comedores y merenderos organizan el trabajo comunitario para la gestión, preparado y servicio de los alimentos, así como otros cuidados comunitarios que realizan las organizaciones e instituciones en el territorio, y el modo de vinculación y retribución de dicho trabajo[8]  En cuanto a las formas de retribución por el trabajo realizado, casi la mitad de las y los trabajadores (45,8%) llevan alimentos para el consumo propio/familiar y/o no reciben ninguna retribución en dinero por el trabajo realizado. Un 38% dice recibir por el trabajo un “Salario Social Complementario” y/o que realizan el trabajo como “Contraprestación de algún programa o política pública”. Sólo un 8% manifiesta mantener una relación de dependencia laboral por su trabajo en el CCA, mientras que un 3% contestó que recibe dinero no registrado por dicha actividad.

Reflexiones finales e ideas fuerza

En primer lugar, en relación al relevamiento realizado, es de destacar la relevancia de las organizaciones sociales y otras entidades intermedias y/o religiosas para el sostenimiento de la asistencia alimentaria en los barrios y territorios más vulnerables, en tanto respuesta social a la crisis y la atención de la emergencia alimentaria. Más aún en un contexto en el que debieron afrontar un aumento del 80% de la demanda de alimentos en los barrios, como se dio durante la pandemia de Covid- 19. En este marco, debe resaltarse el arduo trabajo de cuidados comunitarios llevado adelante por mujeres en su amplia mayoría (83% de las referentes de los comedores y merenderos encuestados), provenientes de los barrios populares y organizaciones sociales. Ello da cuenta de una fuerte feminización del rol social de la asistencia alimentaria, el cual, en términos generales, es poco reconocido, visibilizado y remunerado, teniendo en cuenta que sólo el 8% manifiesta tener una relación de dependencia laboral, la mitad lo hace por intercambio de alimentos y sólo un tercio dice recibir Salario Social Complementario o realizarlo como “contraprestación” de algún programa o política pública.

En segundo lugar, también es importante destacar que estas organizaciones y movimientos sociales realizan en su gran mayoría (más del 90% de los casos) una gran diversidad de acciones en el territorio, que van desde cuestiones vinculadas a la salud, la educación, la cultura y el género, hasta la promoción de actividades laborales y emprendimientos socio-productivos, aunque la emergencia alimentaria llevó en muchos casos a reorientar fuerzas y recursos hacia esta atención primaria. Así, por un lado, se aprecia que los CCA articulan el acceso alimentario con diversas necesidades sociales de las comunidades donde están situadas; y por otro, que este despliegue permite pensar en el desarrollo de circuitos socioeconómicos de llegada y distribución de alimentos a los CCA en articulación con las iniciativas socio- productivas de los movimientos sociales de pertenencia.

Un tercer elemento a destacar en función de nuestro objetivo se vincula a las decisiones de compra de los alimentos. Los datos relevados permiten visualizar que menos del 40% de los comedores encuestados deciden sobre la compra de los alimentos, es decir, sobre qué alimentos comprar y a qué proveedores. Por su parte, más de la mitad de los comedores encuestados no deciden sobre la compra, sino que los alimentos son suministrados por las organizaciones o instituciones a las cuales pertenecen, bien sean movimientos sociales o instituciones religiosas. En este sentido, si bien la encuesta estuvo dirigida a referentes de los comedores a nivel territorial, se identificó a partir de las entrevistas a actores clave y en el taller con organizaciones, que en estos casos la decisión institucional de compra corresponde, en parte, a los movimientos sociales e instituciones religiosas de manera centralizada con fondos del Estado (nacional y provincial) o donaciones, y por otra parte corresponde al Estado, que a través de las compras públicas suministra mercadería a las organizaciones.

Así, se identifican tres actores diferenciados con decisión de compra en lo que compete al funcionamiento de los comedores (Pastore, Niño, et.al, 2021): 1) los comedores comunitarios a nivel territorial tanto barriales/comunitarios como pertenecientes a organizaciones más amplias, 2) los movimientos sociales e instituciones religiosas que realizan compras de manera centralizada y suministran los alimentos a sus redes de comedores, y 3) el Estado Nacional, Provincial y Municipal, a través del “compre público”, que realiza entrega de alimentos a partir de diferentes programas alimentarios. En este sentido, se identifica un potencial para la articulación con los decisores, que permita estrategias de compra (según tipo de CCA) a la agricultura familiar, cooperativas de alimentos, emprendimientos y pequeñas empresas alimentarias de los territorios[9].

El potencial de la creación de circuitos socioeconómicos alimentarios nutricionalmente saludables se basa en la posibilidad de reorientar una parte de la ampliación de la demanda efectiva impulsada por las políticas públicas de asistencia, hacia el fortalecimiento y expansión social y productiva de las unidades económicas populares, cooperativas, de pequeñas empresas y productores locales, lo cual genera impactos positivos tanto en la asistencia alimentaria de los sectores más vulnerables como en la expansión, reconocimiento y valoración de las unidades productivas de la EPSS. Pero para su sostenimiento se necesitan políticas públicas y asistencias técnicas que promuevan la articulación entre actores territoriales (productores y consumidores) en términos de infraestructura, que faciliten los procesos logísticos, la creación de centros de acopio y la incorporación de cadenas de frío, entre otros en articulación con instituciones públicas como universidades, organismos científicos técnicos, Nacionales y provinciales y municipales.

 

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[1]Una versión previa y más extensa de este artículo fue publicada en Altschuler,  B.  y Viviani,  G. (2022), Asistencia  alimentaria  y  circuitos  socioeconómicos  durante  el Covid-19 en Quilmes, Buenos Aires. Revista Otra Economía, 15(28), pág. 219-240.

[2] El proyecto fue dirigido por Rodolfo Pastore con la coordinación de Laura Niño y tuvo diversas líneas de investigación: relevamiento de Circuitos Cortos de la EPSS en Quilmes; relevamiento, análisis y mapeo de Centros de Complementación Alimentaria que aquí se aborda; relevamiento comparativo de precios y desarrollo de una plataforma de visibilización y comunicación (ver http://observatorioess.org.ar/circuitosquilmes/). Contamos para el desarrollo de esta línea con un equipo formado por docentes-investigadores, extensionistas y becarias/os de la UNQ, entre ellas/os Laura Niño, Wanda Pagani, Henry Chiroque Solano, Sabrina Monasterios, Pablo Lacabana, Pablo Arrieta y Luis Barrios, además de las autoras de este trabajo.

[3] El artículo 9 de la prorrogada Ley 27519 incluye aumentos de partidas presupuestarias del 250% destinadas a políticas alimentarias comprendidas en la ley 25724 (reglamentada el 28/04/2003), destinadas a Políticas Alimentarias tales como Tarjetas Alimentarias, Comedores Escolares, Comedores Comunitarios, Complemento Alimentario, Acciones de Nutrición, Asistencia al ProHUERTA. En su Artículo 6 crea el Registro Único de Beneficiarios de Políticas Alimentarias (REUBEPA), y en el 7 el Registro Único de Intermediarios de Políticas Alimentarias (RUIPA), “constituido por todas las entidades públicas, privadas sin fines de lucro y organizaciones sociales de todas las jurisdicciones del país que provean alimentos o brinden servicios de alimentación y nutrición de forma gratuita para poblaciones vulnerables, reciban estos fondos del Estado Nacional o no" (ver https://www.diputados.gov.ar/prensa/PDF/4258-D-2019.pdf, consulta septiembre 2022).

[5] No se llegó a incluir en este relevamiento comedores escolares y centros de jubilados, los cuales son un importante campo de análisis y articulación para futuros estudios. 

[6]El informe completo de resultados se presentó en el III Congreso Nacional de Desarrollo Territorial, organizado por el Departamento de Economía y Administración, el CDT de la UNQ y la Red de Universidades en Desarrollo Territorial de Argentina. Quilmes, 26 y 27 de Mayo de 2022 con el título “Relevamiento Centros de Complementación Alimentaria (CAC) durante la pandemia del Covid-19 y Circuitos Socioeconómicos Alimentarios en el Partido de Quilmes y Aledaños

[7] Ver Mapa de Calor de la distribución espacial de los CCA (250 casos) en Informe Final Proyecto Fortalecimiento de Circuitos Socioeconómicos Alimentarios, UNQ, 2021.

[8]El informe completo de resultados se presentó en el III Congreso Nacional de Desarrollo Territorial, organizado por el Departamento de Economía y Administración, el CDT de la UNQ y la Red de Universidades en Desarrollo Territorial de Argentina. Quilmes, 26 y 27 de Mayo de 2022 con el título “Relevamiento Centros de Complementación Alimentaria (CAC) durante la pandemia del Covid-19 y Circuitos Socioeconómicos Alimentarios en el Partido de Quilmes y Aledaños.

[9] Al respecto puede consultarse Chiroque Solano, Garo, et.al (2021), donde se analiza una experiencia de compra pública y social a circuitos socioeconómicos alimentarios de la economía popular, social y solidaria en el partido de Quilmes para el Sistema Alimentario Escolar (SAE) en el Municipio de Ensenada.

 

Producción y consumo de alimentos: Una estrategia superadora

PRODUCCION y CONSUMO de ALIMENTOS: UNA ESTRATEGIA SUPERADORA

Alberto Gandulfo[1] y Alejandro Rofman[2]

 

RESUMEN

En este texto nos proponemos discutir la situación actual de producción, comercialización y consumo de alimentos frescos elaborados en el país a la luz de la necesaria cobertura de la demanda de la población, imprescindibles para satisfacer una alimentación saludable, principalmente porque consideramos el Derecho a una Canasta Básica de Alimentos para cada habitante como condición esencial para garantizar la reproducción social de la vida y del necesario abaratamiento del consumo familiar como principal Política Antinflacionaria.

Palabras Claves: DERECHO HUMANO – ALIMENTACION SALUDABLE – POLITICA ANTINFLACIONARIA – ECONOMIA SOCIAL Y SOLIDARIA – AGRICULTURA FAMILIAR

 

Introducción

La problemática de la inflación actual en la Argentina debe ser abordada desde una perspectiva alternativa a la que se maneja infructuosamente desde hace tiempo. ¡¡¡Urge una estrategia antiinflacionaria YA!!!

En primer lugar, es necesario reconocer un componente central en el proceso de crecimiento de los precios al consumidor y que se refiere al rubro de alimentos que es más relevante cuanto menor es el ingreso que obtiene quien incurre en gastos para su adquisición esencial. El Derecho a la Alimentación Saludable está explícitamente consagrado en nuestra Constitución Nacional en la adhesión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos que está incorporada, según el artículo 22, como tratado internacional al texto constitucional. Dicha Declaración, en su artículo 25, expresa: “1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, así como a su familia, la salud, el bienestar, y en especial la alimentación…”. Además, nuestra Constitución afirma en su artículo 42 que “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho en la relación del consumo (…) a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados…”.

Tal como con la Salud y la Educación, la Alimentación adecuada es un Derecho consagrado constitucionalmente. El Estado está obligado a proveerla más allá de cualquier cuestión de intereses privados y puede, y debe actuar por afuera del criterio de Mercado Capitalista que siempre pretende aspirar a maximizar su tasa de ganancia. La Alimentación es un Derecho Humano inalienable y como tal, no puede estar regido por leyes y normas que obstaculicen o impidan a cualquier ciudadana o ciudadano acceder a los nutrientes necesarios para tener una vida digna.

Siguiendo este criterio, el Estado debe cooperar activamente para satisfacer la necesidad básica de alimentar a los integrantes de la sociedad, como lo ha venido haciendo con los diferentes Programas de Ingreso Social y de Seguridad Alimentaria, aunque hoy resulten insuficientes ante la distorsión inflacionaria. La existencia de un segmento de más del 8% de los habitantes del país, según el INDEC, en carácter de Indigentes exige con urgencia el cumplimiento del precepto constitucional citado. El Alimento no puede estar manejado por el Mercado. Para ello, es preciso que el precio de los alimentos no obedezca a otro objetivo que su provisión sea factible para el conjunto de la sociedad.

Por otra parte, el poder abusivo de los formadores de precio (aún en tiempos de pandemia) impide una posible negociación, acuerdo o fijación de precios por parte del reducido conglomerado de monopolios y oligopolios industrializadores de alimentos. Y, por último, es preciso recordar que las cadenas agroalimenticias de productos frescos reconocen intermediaciones excesivas y de especulación financiera que desnaturalizan los valores que se pueden obtener, por ejemplo, en el Mercado Central de Buenos Aires.

Queremos mostrar otro camino posible. A lo largo y ancho de nuestro país conocemos numerosas iniciativas muy valiosas que, con distinto grado de organización y desarrollo, han ido avanzando en el escenario productivo nacional en vincular la oferta productiva y su comercialización solidaria a los consumidores concriterios basado en evitar la presencia de la intermediación, garantizar precios justos para los oferentes y de valorización de los alimentos que produce la Economía Solidaria.

Destacamos el Programa Mercados Bonaerenses que implementa el Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires, que promueve el desarrollo de canales alternativos de comercialización que garantizan el acceso a una oferta variada de alimentos; conformando una red de más de 1450 productores regionales con 42 puntos asistidos con tiendas móviles de carnes, pescado, lácteos y pastas que se complementan a los puestos de producción local. El Programa permite a las familias un ahorro del 25% en alimentos en comparación con los canales tradicionales y ofrece un plan de descuentos con la tarjeta DNI del BAPRO que llega al 40% Como parte de la política de fortalecimiento de este Programa, hay previsto crear nuevos Mercados Concentradores de Alimentos en 10 municipios durante el período 2022-2023[1]

Un importante número de municipios y de gobiernos provinciales han encarado diversos y diferentes programas de abastecimiento de alimentos, fomento de la producción local y de acceso al consumo popular. Gestión conjunta entre Estado, organizaciones de productores, universidades nacionales, INTA y comercializadoras solidarias. A manera de ejemplo, solo citamos algunos de ellos: las 36 empresas mixtas alimentarias riojanas con predominio accionario del Estado Provincial-SAPEM[2]el fuerte impulso a la cadena de valor de la miel por el Gobierno de Chaco, la tarjeta alimentaria de. Municipio de Tapalqué (Bs. As.), la apuesta a la producción agropecuaria del Municipio de Gualeguaychú (Entre Ríos) y la iniciativa del Polo Agroalimentario Sostenible El Pato 2050 de la Municipalidad de Berazategui  (Bs.As.) entre otras.

En forma silenciosa existen numerosas iniciativas locales que apuntan a fortalecer las relaciones de cercanía entre producción de alimentos y el consumidor en forma directa. En estas articulaciones, el productor tiene garantía de demanda creciente de su producción, elude todo tipo de intermediación y “sin costos” cuenta con la promoción municipal que facilita el acceso de los vecinos. Los consumidores alcanzan productos a precios accesibles, con promociones y descuentos bancarios, evitan gastos de traslado y recrean su vinculación con el entramado productivo local. Así se respeta y valoriza la cercanía territorial asociando agricultores familiares y consumidores que acceden a productos en forma directa. Se estimulan de este modo, mercados de cercanía que operan por afuera de las grandes cadenas de supermercados.

Visualizamos en crecimiento diferentes experiencias adoptadas por organizaciones sociales que incluyen desde los supermercados de la Unión de Trabajadores de la Tierra-UTT y la Red de comercializadoras de la economía solidaria (Altared), los locales de Almacén Cooperativo que ofrecen productos de todo el país, hasta los nodos de consumidores del Mercado Territorial de la UNQ, en referencia del conjunto de diversas organizaciones populares que comercialización bolsones hortícolas y frutícolas que abaratan sensiblemente su costo y promueven la organización del consumo responsable.

La extensión y multiplicación de tantas iniciativas que alientan el consumo familiar no implica costos muy elevados para el estado local, sino capacidad de gestión, articulación con asociaciones de productores para la provisión de una canasta básica de alimentos que supone reducción de precios absolutos por debajo de la tasa de inflación oficial.

En lo inmediato se requiere de una fuerte y decidida acción de Políticas Públicas que apoyen y multipliquen las diferentes y diversas iniciativas de producción local y consumo popular existentes para que se enmarquen en la conformación de un Plan Federal Antiinflacionario con el propósito de eliminar la indigencia como objetivo central del Estado Nacional; que posibilite aumentar la escala productiva, masificar el alcance y mayor volumen de productos para su comercialización. Se requiere de Finanzas Solidarias que fomenten estas políticas locales destinadas a la creación de nuevos puestos de trabajo y la incorporación de tecnologías adecuadas para una rápida generación de valor agregado en origen. La utilización de plataformas virtuales de software libre que faciliten los procesos de comercialización y una fuerte inversión en programas de infraestructura productiva regional como los que viene aplicando la Unidad de Integración Interjurisdiccional del Ministerio de Obras Públicas en el último año.

La gravedad del problema nutricional hoy se enfrenta con una fuerte dosis asistencial a través de los programas de la Seguridad Social y la perdida de la remuneración salarial que no alcanzan para enfrentar los niveles de pobreza e indigencia. Además de aumentar la cobertura social ante la emergencia y aplicar un fuerte aumento salarial, sostenemos que se requiere desarrollar una Política Pública de producción de alimentos para mejorar la situación nutricional de las familias más vulneradas. Coordinar las múltiples experiencias existentes en una Gran Red de Redes que permita potenciar su vinculación territorial y proponer la creación de “Sistemas Locales de Producción y Consumo de Alimentos Saludables”[3] destinado a mejorar la comensalidad de los sectores populares; que priorice la producción de la agricultura familiar, la recuperación de las economías regionales y nuevas formas organizativas en los territorios para avanzar en la distribución de la riqueza.

Fortalecer el Estado local, desconcentrar el mercado de alimentos, disponer de mayor regulación sobre las diferentes cadenas de valor en favor de los pequeños productores. Implementar programas que faciliten condiciones de acceso al agua y recuperación de tierras productivas; tecnologías adecuadas y mayor conectividad para el desarrollo de las diferentes formas de consumo responsable en perspectiva de avanzar en la construcción de nuestra SOBERANIA ALIMENTARIA.

Ante las urgencias que vivimos, apelamos a la capacidad de organización de les trabajadores argentinos y consideramos que la mejor manera de resolver la problemática planteada es involucrar a la comunidad, a les productores y consumidores y al estado municipal en instrumentar diferentes Programas Locales de Producción y Consumo de Alimentos Saludables, (de lo más simple a la mayor complejidad y alcance programático), para satisfacer la demanda creciente de sectores populares que padecen situaciones de inseguridad alimentaria, principalmente les niñeces. La plena satisfacción de tal necesidad en toda la población que se convierte en un derecho humano ineludible que sólo podrá alcanzarse si la vinculación entre productores y consumidores CONSTITUYE UNA POLITICA PUBLICA, de inminente implementación, que se rija bajo condiciones de funcionamiento que superen las limitaciones de una visión centrada en el mercado capitalista donde predominan las grandes empresas transnacionales y el negocio de la intermediación comercial y financiera.

1. Antecedentes y estado actual de la problemática alimentaria en la Argentina

En primer lugar, es preciso dar cuenta de las políticas alimentarias propugnadas por el Estado Nacional destinadas a favorecer a los sectores populares habida cuenta del nuevo escenario económico-social surgido desde el 10 de diciembre del año 2019 condicionado por el endeudamiento del FMI y atravesando la Pandemia Covid. El nuevo contexto, al pretender poner en marcha un modelo económico basado en la valorización del trabajo (frente a las condiciones de ajuste FMI, especulación financiera con fuga de capitales) y el estímulo a la producción nacional, implica modificaciones sustanciales al que prevalecía antes del mes de diciembre de 2019

En segundo lugar, la fuerte degradación social originada en la aplicación del Modelo de Valorización Financiera en la presidencia del Ing. Macri ha provocado serios retrocesos en el nivel de vida de gran parte de la población, lo que exige una respuesta rápida y decisiva en el conjunto de las políticas públicas del Gobierno actual.

En tercer término, es preciso avanzar hacia una estrategia de alimentación saludable con productos frescos producidos en condiciones agroecológicas, sustentables, sin aditivos perniciosos para la salud, que garanticen ingesta adecuada a toda la población sin excepción, como un derecho esencial adquirido basados en los principios del CUIDADO AMBIENTAL y DESARROLLO SUSTENTABLE

En la Argentina las grandes corporaciones alimenticias producen alimentos en sus distintas modalidades de entrega al mercado donde predominan los productos ultraprocesados, que resultan ser inocuos para el ANMAT pero no son saludables para el consumidor, con volúmenes que podrían satisfacer la necesidad primaria de subsistencia a más de 400 millones de habitantes. Según los últimos datos del INDEC hay un 8,8 % de la población que tiene ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades alimentarias. Son los llamados “personas ubicadas bajo la línea de la indigencia” y constituyen un universo de aproximadamente 3,8 millones de habitantes que no disponen de ingresos necesarios para cubrir una canasta básica de alimentos. Lo que se suele denominar inseguridad alimentaria para una porción significativa de habitantes del país Y ello es, a todas luces, una situación intolerable si se considera el derecho a una alimentación digna como uno de los Derechos Humanos imprescindibles Más aún si se considera que los alimentos que se producen anualmente existen en cantidad suficiente para colmar esta necesidad humana básica, como ya lo apuntamos. No faltan alimentos, sino que la organización del sistema productivo y comercializador predomina el lucro como único objetivo impidiendo que se concrete las acciones necesarias para que todas y todos dispongan de pleno acceso a los alimentos indispensables.

En cuarto término, debe tenerse en cuenta que, en el consumo básico total de los residentes en nuestro país, el rubro alimenticio ocupa una porción elevada de su gasto mensual, la que crece sobre el total de las erogaciones de una familia a medida que los ingresos familiares descienden. Es decir, cuando más reducido es el ingreso total de una unidad familiar más porcentaje de tal ingreso se destina a la adquisición de alimentos para su subsistencia. Por ende, cualquier política de satisfacción del Derecho Humano a la alimentación digna se torna más urgente y exigente de una adopción en tanto los gastos en el rubro alimenticio son rígidos a la baja y cuando desciende el monto total de ingresos de las respectivas familias hay mayor premura para facilitar el acceso a alimentos a las capas más humildes de la población.

2. Hacía una nueva estrategia para el acceso a alimentos saludables

Una estrategia integral de abordaje de la producción y comercialización de alimentos para la población del país se torna urgente e indispensable. Hemos hecho referencia a dos causas centrales que así lo imponen. Por un lado, el respeto irrestricto de implementar un Derecho Humano irrenunciable: el de alimentarse sin restricciones de ningún tipo. Por el otro, el acuciante impacto de la inflación dominante en nuestro sistema de precios que afecta de modo especial a los ingresos de los que menos tienen debido a los incrementos especulativos de los precios de los bienes que se deben consumir; así como de costos derivados de los procesos de comercialización y transporte. También inciden factores externos que escapan a nuestro control pues se trata de valores fijados por mercados internacionales que repercuten en nuestro país.

Entonces, no queda lugar a dudas que es preciso poner en marcha un Sistema Federal de producción de alimentos orientado a satisfacer la incapacidad derivada de la inseguridad alimentaria. El Sistema debe aspirar a que los precios de los alimentos sean tales que nadie quede excluido de su capacidad de adquirirlos. Necesitamos promover nuevos actores productivos que permitan democratizar el mercado de alimentos. Insistir con acciones temporarias de políticas públicas orientadas de acuerdo a las leyes del mercado capitalista neoliberal excluye toda posibilidad en el sentido de alcanzar soluciones satisfactorias en la cobertura integral de este derecho. Pretender medidas de control o de imposición a grandes conglomerados económicos corporativos que pujan por maximizar sus ganancias resulta notoriamente insuficiente y no permite alcanzar soluciones integrales y perdurables en esta problemática.

El predominio del funcionamiento de producción, distribución y consumo de alimentos como una actividad sujeta a las leyes de un modelo de economía de mercado con fuerte concentración de las corporaciones y muy escasa aceptación de medidas correctivas emanadas desde el Estado debe ser descartado como lo demuestran los resultados visibles que hoy existen. Nuestro mercado de alimentos está atravesado por el accionar de empresas monopólicas u oligopólicas, para nada interesado en cumplir metas de tipo político y social como las que estamos propugnando. La problemática exige OTRA ESTRATEGIA POLITICA ECONOMICA ALTERNATIVA a la vigente.

En esa dirección surge la necesidad imperiosa de poner en práctica una estrategia basada en el accionar solidario colectivo donde los beneficios que se busquen supongan prioritariamente dotar de capacidad a los actores sociales interesados en cubrir las necesidades de alimentación adecuada para toda la población. Las Políticas Públicas a poner en marcha para implementar una estrategia alternativa deberán privilegiar prácticas asociativas entre productores y consumidores, con la guía y el apoyo irrestricto del Estado (en la complementación de sus tres jurisdicciones: Nacional, Provincial, Local) que garanticen formas organizativas solidarias, adecuadas a tal fin. En tal sentido, reivindicamos la presencia de un modelo basado en espacios de generación de bienes y acceso de la población en los mismos que hemos denominado “círculos de producción y consumo”[6], con modalidades ya descriptas por los autores de este texto en trabajos previos y que ahora recogemos en forma sintética, en esta descripción.

3. Producción local y consumo solidario: transformar el Estado, promover los actores locales, fortalecer la organización popular para construir el Nuevo Contrato Social[7]

Se trata de fortalcer en torno a cada aglomeración urbana o agrupación de grupos poblacionales asociados entre sí, la red abierta de productores de la Agricultura Familiar dedicados a la provisión de alimentos frescos y facilitar las condiciones para su vinculación con la organización del consumo responsable. Estos alimentos frescos, cuya generación se localiza en establecimientos de familias productoras, asociaciones de cooperativas localizados en la cercanía de dichos aglomerados destinados a proveer tales alimentos deben ingresar al circuito del consumo urbano a partir de acciones concertadas con sus productores.

Vincular los sujetos económicos conformando redes de producción y consumo que gradualmente programen el acceso y la ampliación de la producción solidaria y el consumo responsable, garantizando el abastecimiento cotidiano de alimentos saludables: verduras, frutas, hortalizas, legumbres, carne vacuna, porcina, aviar, ovina, huevos, leche y todos sus derivados, etc.

Desde la gestión municipal es perentorio construir la decisión política para la pronta vinculación de la Producción Local con el Consumo Responsable a través de la definición consensuada de una CANASTA BASICA LOCAL con proyección REGIONAL; que resulte ser instrumento organizador y de planificación territorial, que posibilite dirigir un porcentaje de la rentabilidad que genera el consumo popular en la reinversión de unidades productivas locales, genere trabajo y producción de valor agregado y de la organización del consumo responsable resulte el abaratamiento para la adquisición de los principales productos alimentarios: carnes, verduras, lácteos, otros.

Simplemente que estos espacios multiactorales se planteen captar un 10 % de la renta que genera el consumo popular para reinvertir en producción local, la generación de trabajo y el fortalecimiento de la organización popular a través del consumo responsable.[8]

Se trata de generar condiciones locales que reduzcan la incidencia de la intermediación comercial y a la vez, que puedan facilitar los procesos organizativos socioproductivos de las empresas nacionales, pymes locales y de la ESS como factor de generación de valor, empleo y producción. Conformar una Gran Red de Redes que puede integrar la capacidad instalada del comercio de aproximación que padece situaciones desfavorables ante los abusos de mercado de las grandes empresas concentradas. Una Gran Red de Redes que con base territorial empiece por brindar un servicio de abaratamiento del consumo popular y que rápidamente pueda plantearse metas de producción y desarrollo alcanzables en el mediano y largo plazo.

4. LA EXPERIENCIA DEL MUNICIPIO DE MARCOS PAZ

Vamos a acompañar este marco teórico con la presentación de la experiencia que desarrolla el Municipio de Marcos Paz (70.000 habitantes), en el oeste de la provincia de Buenos Aires.

Modelo de gestión municipal que, a nuestro juicio, viene dando pasos exitosos en ir avanzando en la implementación de un Programa Local de provisión de alimentos saludables a valores tales que garantiza ingresos apropiados a productores y comerciantes locales, que logró incorporar las nuevas plataformas electrónicas que facilitan el acceso a las familias consumidoras e implementa el sello de producción MEJOR MARCOS PAZ que refuerza la identidad local y valoriza la organización del consumo responsable.

El municipio desarrolla una experiencia de articulación productiva y comercial para abaratar la Canasta Básica de Alimentos. Creó la marca colectiva "Leche Marcos Paz", coordinó la producción con una planta industrial familiar la provisión de leche fluida y vinculó 40 almacenes locales para garantizar el acceso al consumo familiar. Estableció un acuerdo que posibilita un precio final de alrededor de la mitad del que habitualmente se consigue en los comercios privados[9] 

Con el Pan Social se procedió con la misma modalidad con 7 panaderías marcopazenses a las que se redujeron tributos municipales para vender el pan a un valor 40% menos al mercado. El comerciante no lucra con el precio de venta pan y gana al ampliar el acceso de consumidores a los que además ofrece otros productos de su elaboración. Hoy cubren tanto la leche como el pan alrededor del 25% de la demanda local. El principal instrumento para el abaratamiento de alimentos son la Feria Municipal Itinerante[10], articula con el Programa Provincial Mercados Bonaerenses en donde más del 20 productores locales ofrecen sus productos a precios inferiores a los del mercado privado y la Feria Municipal situada en el predio de un ex matadero de ovejas que dispone de un espacio techado con 22 puestos de venta. En ambas Ferias existen verdulerías, pollería, carnicerías, almacenes, ventas de productos de limpieza, pescadería y otros establecimientos de productos varios. A los efectos de ampliar el número de visitantes a la Feria está habilitado un servicio gratuito de transporte de compradores residentes en barrios alejados del lugar de la Feria.

El principal beneficio de cada feriante es que no abona alquiler ni gastos de mantenimiento (energía eléctrica, por ejemplo) ni INTERNET, ni ningún tipo de canon municipal. Los feriantes se comprometen a ofrecer productos con condiciones saludables y a un precio menor, que son considerados antes de la decisión municipal de otorgarles un lugar. Se estiman en 350 personas los ingresos de consumidores por día a la Feria, lo que implica que cubre aproximadamente el 15 % de la población local.

Además, el municipio de Marcos Paz asumió la decisión de impulsar la utilización de la TARJETA ALIMENTAR, provista por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y promovió la comercialización de los productos alimenticios incluidos en la política de PRECIOS CUIDADOS a través del aplicativo ACTIVOS MARCOS PAZ[11]

VALORES DE CANASTAS DE ALIMENTOS SEGÚN LUGARES DE COMPRA

En el mes de junio de este año la Secretaria de Producción del Municipio realizó una estimación del valor monetario de una canasta de alimentos referida al consumo básico de productos adquiridos en distintos tipos de establecimientos y con precios recogidos en forma simultánea.

Valuación en pesos a precios corrientes de Canastas Alternativas de Alimentos según diferentes sistemas de comercialización a junio de 2022

Lugar de compra       

Canasta Chango 28 productos   

Canasta Básica Alimentaria

Feria municipal e Itinerante           

4.256

10.214

Comercios Locales

4.612

11.283

Precios Cuidados

5.863

14.257

Cadenas Supermercados

6.671

16.806

Fuente: Secretaria de Producción del Municipio de Marcos Paz Informe sobre precios. (junio 2022)

 

En el cuadro podemos advertir las notorias diferencias en los precios entre los que exhiben bienes alimenticios imprescindibles en los circuitos de comercialización enrolados en el Programa de Alimentos Saludables del municipio y las otras bocas de expendio vinculadas al comercio privado habitual. El margen más notorio es con la valorización de los productos en supermercados, que en ambas estructuras de canastas de alimentos excede entre el 50 al 60 % el valor que el Programa municipal logra se marquen dichos productos en ferias y comercios adheridos

En síntesis. En Marcos Paz, el modelo de gestión municipal integral demuestra que OTRA ECONOMIA ES POSIBLE

CONCLUSIONES

Entendemos que la propuesta de producción y consumo de alimentos saludables como política pública consolida una activa participación ciudadana, economica y de fuerte organización social que posibilita la vinculación productiva con el consumo popular. Establece acuerdo de precios en productos de la canasta básica para abaratar costos familiares (medida antiinflacionaria), jerarquiza los espacios locales de comercialización y amplifica su alcance de ventas con las plataformas comerciales electrónicas. De esta manera, el municipio se convierte en un vector fundamental para conformar un auténtico círculo de producción local y consumo popular, potenciando la comunidad en perspectiva de territorio productivo. En la medida que esta política pública se multiplique en redes regionales (tal como ocurre con muchos municipios del país), también logrará incidir en el diseño de las Políticas Nacional y Provinciales.

La modalidad de gestión integral del estado municipal se establece según el perfil de vinculación entre la producción local y las capacidades de organización del consumo popular. Requiere políticamente de un fuerte apoyo a los actores económicos locales (productores, comerciantes y consumidores) para enfrentar las lógicas especulativas del poder concentrado y de esta manera impulsa democratizar el mercado al promover nuevos actores, abaratar precios y mejorar las condiciones nutricionales de la población.

A la vez, comprometen a la comunidad para captar la renta que genera el consumo popular con el propósito de reinvertir en la producción local generando empleo y mayor valor agregado en origen. La organización del consumo responsable implica descansar en el principio fundamental de satisfacer las necesidades básicas de la población, el cuidado ambiental, las formas de producción solidarias y la alimentación saludable por sobre los criterios de maximización de la rentabilidad capitalista. Es la mejor forma de avanzar en la construcción de la Soberanía Alimentaria.

 

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Gandulfo Alberto y Rofman Alejandro “Sistemas locales de producción y consumo de alimentos Saludables” PLAN FENIX Facultad Ciencias Economicas UBA, 2019

Gandulfo Alberto y Rofman Alejandro “Aportes para una Política Federal de Producción y Consumo de Alimentos Saludables” IADE Revista Realidad Económica. Julio 2020

Rofman, Alejandro: “La economía solidaria y los desafíos actuales” Revista de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires, 2012

Rofman, Alejandro “Soberanía e independencia económica”, en Robba A. y S. Fraschina, Los dos modelos económicos en disputa, Buenos Aires, Prometeo-Universidad Nacional de Moreno. Buenos Aires, 2011

Vera, Noelia: “Alimentación, medioambiente y salud: prácticas de producción, distribución, preparación y consumo de productores hortícolas agroecológicos del cordón periurbano bonaerense” RCL Río Cultura Ediciones. CABA 2022

 



[1]Alberto Gandulfo, Lic. en Sociología UBA. Actual Secretario de Economía Social y Solidaria de la Municipalidad de La Matanza (Pcia. Bs As)  ExSubsecretario CONAMI - MDS

[2]Alejandro Rofman, Dr. en Economía UNC. Investigador Principal CEUR-CONICET. Integrante del Plan Fénix FCE-UBA. Doctor Honoris Causa de U.N. de Rosario, Salta y Entre Ríos

[3] Raúl De la Torre: “Un modelo diferente de comercialización y producción de alimentos” entrevista a JAVIER RODRIGUEZ, Diario Página 12 (5 octubre 2022)

[4]SAPEM: Sociedades Anónimas con Participación Estatal Mayoritaria  (+10 años)

[5] Gandulfo Alberto y Rofman Alejandro: “Sistemas Locales de Producción y Consumo de Alimentos Saludables” Revista de Ciencias Sociales UNQ – 2° Época, año 11 – N° 37.  UNIVERSIDAD NACIONAL de QUILMES, abril 2020

[6]Gandulfo-Rofman: op. cit.

[7] “Sinceramente” Cristina Fernandez de Kirchner

[8] Gandulfo Rofman: op cit.

[9]Con la creación de la MARCA LECHE MARCOS PAZ, se estableció en $ 52 el litro el precio final al consumidor a finales de diciembre del 2021 Ante el aumento de precios al consumidor, en marzo del 2022 se elevó a $ 59; y en el mes de junio se acordó con los productores y los comerciantes el precio de venta directa al consumidor en $ 60  Ese consumo actual cubre aproximadamente entre un 20 al 25 % del consumo total de leche en el municipio

[10]Feria Municipal Itinerante: en ocasión de nuestra visita a la ciudad, se nos informó que concurrieron a ella el jueves de la semana anterior casi 600 compradores, lo que supone que mensualmente alrededor del 10 % de la población local se nutre con productos allí adquiridos, que se suman al 25 % arriba citado, completando una cobertura por demás interesante: más de una tercera parte de los habitantes de la ciudad.

[11] ACTIVOS MARCOS PAZ: es una plataforma virtual municipal que posibilita la vinculación comercial hasta generar una cuasi-moneda municipal

Integración cooperativa: Herramienta para el fortalecimiento económico, social e institucional. El caso de la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia Ltda

 

Integración cooperativa: herramienta para el fortalecimiento económico, social e institucional. El caso de la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia Ltda.

 

Mg. Verónica Parmigiani

 

Resumen

Analizar los diferentes grados de integración cooperativa vinculados a la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia, desde el punto de vista económico a través de la creación de encadenamientos productivos, desde la integración federativa, y como herramientas para fortalecer aspectos institucionales, políticos, sociales y sectoriales, con el fin de sortear dificultades.

Palabras claves: Integración cooperativa e intercooperativas, cooperativas de trabajo, integración y políticas públicas, cooperación reciclado solidario.

COOPERATIVE INTEGRATION: TOOL FOR ECONOMIC, SOCIAL AND INSTITUTIONAL STRENGTHENING. THE CASE OF COOPERATIVE CREATING CONSCIENCE LTDA.

Analyze the different degrees of cooperative integration linked to the Creando Conciencia Work Cooperative, from the economic point of view through the creation of productive chains, from federative integration, and as tools to strengthen institutional, political, social and sectoral aspects, in order to overcome difficulties.

Keywords: Cooperative and intercooperative integration, worker cooperatives, integration and public policies, solidary recycling cooperation.

Introducción

La integración entre cooperativas se encuentra institucionalizada por el sexto principio cooperativo, adoptada por la II Asamblea General de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), según el cual, las cooperativas sirven a sus miembros más eficazmente y fortalecen el movimiento cooperativo, trabajando de manera conjunta por medio de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales. Esta integración, proporciona la posibilidad de crear cadenas productivas sectoriales, que permiten diseñar y poner en práctica estrategias de mercado adecuadas, mediante la creación de marcas propias que se instalen en el mercado, donde las cooperativas participan directa o indirectamente, en todas las fases de la cadena productiva.

En los últimos años, el cooperativismo de trabajo, ha generado un gran interés, tanto en el plano político como económico, en cuanto a cantidad de empresas, puestos de trabajos generados, bienes y servicios transados. Sin embargo, gran parte de las cooperativas del sector carecen de una dimensión empresarial suficiente, que les permita enfrentar los riesgos e incertidumbres actuales. En este punto surge la iniciativa de la investigación que aquí se propone, dado que es escasa la producción exploratoria, descriptiva y analítica sobre los condicionamientos que limitan el desarrollo y el fortalecimiento de estas experiencias de integración, como así también son insuficientes, aquellas que dan cuenta de cuáles son las estrategias desarrolladas al interior de las cooperativas, para superar dichos condicionamientos y tornarse sostenibles. Razón por la cual, se ha seleccionado como caso de estudio la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia Ltda.

1. Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia

Los inicios, de lo que hoy es la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia Ltda., se remontan al 2006 cuando un grupo de 6 vecinos de Benavidez, en el partido de Tigre (PBA), preocupados por la disposición final de los residuos sólidos urbanos y por la precariedad del trabajo de los recuperadores urbanos; comienzan a organizarse al ver, que cada vez más personas (cartoneros) trabajan a la intemperie, en la calle o en basurales, de día o de noche; sin condiciones mínimas de seguridad e higiene; cargando y manipulando mucho peso en jornadas extenuantes; sin tener garantizados derechos básicos como el salario mínimo, asignaciones familiares, jornada de ocho horas, vacaciones pagas, descanso dominical, obra social, entre otros.

Noelia Segovia, socia fundadora y actual presidenta, conmemora “Comenzamos de muy abajo siendo ex recuperadores urbanos, mal llamados cartoneros, dignificando la labor de ese trabajador, allá por 2006 separábamos la basura bajo la sombra de un árbol junto a otros cinco vecinos de Benavidez (…) trabajábamos en el espacio que quedaba entre el barro y los pastizales, a unos pocos pasos de donde estamos ahora (calle Sebastián Elcano 1262) que por esos días todavía era calle de tierra. Este campo era un basural a cielo abierto”, recuerda. Sin embargo, desde mediados de julio de 2020, no solo hay una planta de procesamiento de residuos, sino que también se acaba de inaugurar el polo productivo de 1.800 metros cuadrados propiedad de la cooperativa, integrada actualmente por 75 asociados (o 75 familias como prefiere decir Noelia), cinco de ellas incorporadas durante la pandemia.

 Actmalmente la cooperativa se dedica a:

·    Recolección de residuos húmedos domiciliarios (excluye: barrido, industria, comercio, poda de árboles y corte de pasto, escombros) que van a los Centros de Separación Social en el Ceamse.

·     Recolección de residuos secos separados en origen domiciliarios, que van a la Planta de Separación de la cooperativa.

·        Separación y clasificación de materiales recibidos de recolección domiciliaria y a fasón.

·    Compactación, enfardado y estibado de materiales (PET cristal, PET color, Soplado, Tetrabrik, filma, cartón, papel).

·        Colocación en mercado y venta de los materiales.

Para llevar adelante esas tareas, Segovia aclara: “tenemos dos pilares que son la parte ambiental, a partir de la cual tratamos de recuperar la mayor cantidad posible de esos residuos que antes iban a relleno sanitario, y la parte social, que busca dignificar el trabajo de aquellas personas con bajos recursos (…) buscamos promover el trabajo genuino participando en todos los estadios de la economía circular[1]”. Luego de varias campañas de concientización en los barrios y colegios de la localidad de Benavidez, “Creando” formaliza en 2006 su primera propuesta en el Barrio Santa María de Tigre (aproximadamente 2.700 residentes), propuesta de recolección llevada a cabo con gran éxito. Inicialmente, los 6 socios fundadores de la cooperativa, creían que podían subsistir solamente de la venta del material, sin embargo, se dieron cuenta que con eso no llegaban ni a cubrir el 10% de los gastos que tenían. “Ahí asumimos que había que cobrar por el servicio a los barrios y a las empresas. Fue todo a pulmón”, recuerda Segovia. De ahí en adelante, la cooperativa comienza a diseñar el proceso de recolección diferenciada en barrios privados de la localidad de Tigre y rápidamente se fueron incorporando otros barrios, entre ellos en el año 2012 el exclusivo complejo Nordelta (habitado por 19.000 residentes en 2012 y aproximadamente 80.000 en 2020) fue uno de los primeros grandes clientes que se interesó en el particular servicio de recolección que ofrece la Cooperativa.

Para hacerlo, la cooperativa tuvo que invertir en la compra de un camión. Fue el primer paso de un largo camino de capitalización. “Partimos capacitando a los vecinos a través de la separación en origen y un par de años después se empezó a armar la planta procesadora.

con mucho esfuerzo compramos dos camiones de reciclado y dos de basura. Juntamos todos los materiales reciclables, que vienen a nuestra planta de tratamiento, una vez ahí los acopiamos, los enfardamos y los volvemos a insertar en la industria o se los vendemos a grandes acopiadores para ser reciclados" cuenta Noelia. Hoy la cooperativa posee seis camiones caja seca y tres húmedos e incorporó otros grandes barrios privados de la zona de Benavidez. Noelia explica que el pick up de los residuos separados en origen se realiza 3 veces a la semana, con un sistema pionero en Argentina. Creando recuperó 360 toneladas en 2010, 500 toneladas en 2011 y 650 toneladas en 2012, un crecimiento promedio interanual del 25%. Con respecto a la recuperación del 2011 representa 18% de los residuos que fueron a disposición final, en tanto la campaña de concientización logró que en 2012 represente 21%. A diciembre de 2019, Creando Conciencia ofrece el servicio de recolección diferenciada en 10 urbanizaciones con una población residente aproximada de 200.000 habitantes, siendo los únicos dedicados al tratamiento diferenciado de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en la zona de Tigre y distritos aledaños. Ramiro Martínez, explica que “desde sus inicios, Creando Conciencia lleva procesadas más de 12.500 Tn de basura, de las cuales se recicló un 85%. El resto tuvo como destino final la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE)[2], cuya planta recibe unas 17 toneladas diarias de residuos desde 52 municipios bonaerenses y la Ciudad de Buenos Aires” De los residuos generados diariamente (residuos reciclables y basura) el 80% se puede reciclar, la planta procesa 9 Tn diarias, de las cuales recupera un 85%. Uno de los puntos de inflexión en el trabajo de que realiza la cooperativa, y que se refleja en los datos obtenidos, sin dudas fueron, las resoluciones dictadas por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) en 2014. Gracias a dicha normativa, la cooperativa incrementó el índice de toneladas procesadas en un 40% en el 1er año y un 20% anual hasta la fecha, logrando certificar a través del organismo 5.443 toneladas. Creando Conciencia es uno de los pocos destinos sustentables en la provincia de Buenos Aires, lo que significa que puede recepcionar y garantizar la trazabilidad de todos los residuos reciclables que ingresan a la planta procesadora.

En el día a día en la Cooperativa los recolectores comienzan el circuito a las 6 de la mañana, los camiones parten todos juntos con un itinerario agendado, 20 socios recorren a diario los barrios donde la cooperativa presta servicios y se llevan los residuos preclasificados.

Inmediatamente, los materiales son ingresados a la planta de procesamiento, para su separación y clasificación. En primer lugar, los camiones dejan el material en un espacio de la planta, que los socios de la cooperativa llaman “la montaña”. Los encargados de clasificar las bolsas de acuerdo a su origen, las van arrojando sobre la cinta de separación que mide unos 35 metros, para que otros compañeros puedan clasificar los materiales, cada uno tiene cuatro o cinco materiales asignados y los van arrojando en bolsones que levantan pequeñas grúas y las llevan a máquinas que los compactan o trituran, de esa manera cada asociado se dedica solo a separar el que le corresponde.

A lo largo de la cinta hay 16 mujeres y 12 varones, de toda esa mezcla de residuos separan botellas de vidrio (transparentes, por un lado; de colores, por el otro), bidones (transparentes, amarillos y otros de colores), latas, aerosoles, cartones, botellas de gaseosas. La planta cuenta con una máquina demoledora de vidrio, que hicieron diseñadores industriales de la Universidad de Buenos Aires. De esta forma, se optimiza la carga de este material. El reciclado del vidrio es muy importante porque se puede reutilizar en un 100%. Los materiales como el cartón, el PET, el polietileno y el tetrabrik son enfardados para su posterior acopio. La cooperativa, cuenta con tres prensas hidráulicas para esta tarea, posibilitando de esta manera una mejor organización y mayor optimización del espacio dentro de la planta. De este modo, se deja listo el material para que la empresa lo retire y lo reinserte en la industria.

Los productos de la cooperativa son vendidos a clientes individuales y también tienen acuerdos con distintas instituciones. Uno de los más importantes es el municipio de Tigre, que está renovando las plazas y en todas esas obras hay bancos de la cooperativa. De la misma forma, tienen acuerdos con espacios comunes de la Ciudad de Buenos Aires. Otros clientes son Puertos del lago, Sheraton de la Ciudad y Arsat. A pesar de la crisis, incorporaron a la cooperativa nuevos socios, que se capacitan en soldadura y carpintería, adquiriendo de esta manera un nuevo oficio. En la cooperativa el 60% de los socios son mujeres y el 90% son sostén de hogar. Del total el 55% son menores de 30 años de los cuales el 79% tiene entre 19 y 22 años. El 45% restante son mayores de 30 de los cuales el 33% tiene entre 39 y 47, destacándose que 18% tiene entre 57 y 78 años.

Por otra parte, un hito fundamental fue el Acuerdo con el Municipio de Tigre, a través del Programa Reciclá, si bien se analiza más adelante, Edgardo Jalil, señala que “a partir de allí, la cooperativa incrementamos un 60% anual respecto a la recepción de material y logramos crear 15 nuevos puestos de trabajo, fortalecimos de esa manera no solo a la cooperativa y sus asociados, sino también a la economía local de la ciudad de Benavidez”. Actualmente, la cooperativa cuenta con una cartera de clientes importantes, entre los que se encuentran: el Centro Industrial de Garín, Arsat, Claro, SKF, Tetra Pak, Natura Cosméticos, entre otros.

2. Integración Política Institucional

Para la gestión responsable de los residuos sólidos urbanos la cooperativa trabaja conjuntamente con los gobiernos locales, organizaciones, empresas y vecinos.

2.a. Integración Federativa y Sectorial

La Cooperativa ocupa la presidencia de la Federación de Trabajadores Cooperativos (FETRACOOP), entidad cooperativa de segundo grado constituida por sus asociadas en noviembre de 2015, la Federación está conformada por cooperativas de trabajo de distintos sectores productivos que residen en CABA y AMBA. Este grupo de cooperativas está asociado, a su vez, a la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA)[3], entidad pionera en la integración del movimiento cooperativo de trabajo que nuclea actualmente a 130 cooperativas de trabajo asociadas. El objetivo de FETRACOOP es consolidar institucionalmente un armado regional de cooperativas que permita fortalecer su desarrollo productivo, potenciar su oferta comercial, y canalizar nuevas relaciones con entidades del sector cooperativo, mutuales, emprendedores y el Estado.

Cabe aclarar que ambas federaciones, integran la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (CONARCOOP). La misma está formada por 12 federaciones[4], integra a 32.000 asociados que están organizados en 294 cooperativas, de esta manera buscamos, fomentar economías regionales y poner énfasis en la comercialización de nuestros productos y sustentabilidad de nuestras empresas, nuestro objetivo es el fortalecimiento del sector como entidad socio económica”

2.b. Integración y articulación con la Política Pública Municipal

El proceso de integración y articulación, con distintos actores, Estado Nacional, municipios, entes públicos, cooperativas de otros sectores, etc., permitieron y generaron el desarrollo de distintos programas, entre los cuales se destaca el Programa Reciclá, que la cooperativa lleva adelante conjuntamente con el Municipio de Tigre.

2.c. Programa Reciclá - Recolección Diferenciada de Residuos

El programa Reciclá, surge por iniciativa del Intendente Municipal Julio Zamora en mayo de 2019, desde el comienzo, está a cargo del Director General de Separación de Residuos en Origen del Municipio de Tigre, Edgardo Jalil, cabe destacar que Jalil, es socio fundador de la Cooperativa, fue presidente de la misma y actualmente es socio de la cooperativa, en uso de licencia para poder ocupar un cargo público.

Jalil explica que el programa se desarrolló, basándose en tres pilares fundamentales:

a)    Una recolección diferenciada de residuos (domiciliaria y a través de los Eco Puntos)

b)    La gestión local de reciclables, que hasta el momento no se había hecho nunca en el partido, y que se logró a través de la Cooperativa Creando Conciencia, con la certificación de la misma.

c)    Promoción y educación ambiental, consiste en explicar a todos los vecinos: qué se debe separar y cómo debe hacerse. Se puso énfasis en la problemática de la basura.

Según Jalil que “la gestión local es y era una necesidad, y se quería que estos residuos separados y recolectados debieran ser gestionarlos en el Municipio. Fue así, que contactamos a la cooperativa, se hizo un seguimiento de todo lo que podía o no tratar la cooperativa y luego de ese análisis, se comenzó a trabajar de manera conjunta”

Desde entonces, en el marco del programa, la gestión local de los reciclables se realiza gracias a un convenio con la Cooperativa Creando Conciencia, que trajo aparejado una serie de beneficios:

·     Generación de empleo local

· Trabajo mancomunado entre cooperativa, logística de recolección y trabajo de promoción/educación.

·   Certificado de gestión sustentable de residuos, de esa manera Tigre se convirtió en el primero municipio que gestiona los reciclables a través de un destino sustentable y que recibe, a su vez la certificación oficial del OPDS

·    Generar transparencia frente al vecino, toda la dedicación que ponen en la separación tiene frutos.

La cooperativa emite mensualmente un certificado por la gestión sustentable de los residuos recolectados por el municipio; que es presentado frente al OPDS en provincia de Buenos Aires Desde que comenzó el programa se recolectaron 820.147 Kg.Actualmente del total de habitantes del municipio, solo un 12% de la población están haciendo uso del programa. Aquí es donde el movimiento cooperativo tiene un papel fundamental, al establecer asociaciones estratégicas con el Estado, nacional, provincial o municipal.

Todas estas iniciativas fortalecen no solo los vínculos con la comunidad, sino que también genera lazos con la cooperativa y fomentan la creación de políticas públicas, desde abajo hacia arriba. Es fundamental conocer el territorio, escuchar sus demandas y partir de la experiencia de los actores de la economía social, que conocen las problemáticas de la localidad, contribuir a resolverlas. Poder co-construir políticas públicas municipales genera una mayor comprensión de la comunidad, una mayor visibilidad entre diferentes actores, que inciden en la esfera pública a través de la construcción de agendas diferenciadas y un aprendizaje, a partir tanto de los resultados como del proceso en sí. Hay mucho para construir, precedentes para tomar y fortalecer por medio de la integración y articulación con distintos organismos, la gestión de residuos a través del modelo cooperativo.

2.d. Integración Sectorial - Red Nacional de Recicladores

La Red comenzó a gestarse en septiembre de 2014, en el marco de una Jornada de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos de la que participaron varias cooperativas de trabajo vinculadas a Fecootra. Allí se enfatizó en la necesidad de contar con una red que permitiera trabajar en el fortalecimiento de las empresas cooperativas dedicadas al reciclado y en el abordaje conjunto de la problemática medioambiental. En la actualidad, está conformada por 34 cooperativas ubicadas en distintas provincias, la mayor concentración se encuentra en provincia de Buenos Aires. Del total de cooperativas que integran la Red, el 85% tienen una fuerte articulación con el municipio donde se encuentran ubicados, dado que la responsabilidad de la gestión de residuos y la articulación con el gobierno local es extremadamente necesaria para el fortalecimiento del sector; ya que no se puede desconocer la participación del Estado cuando se habla de Gestión Integral de Residuos y viceversa.

Definitivamente, la articulación sectorial permite a las cooperativas contar con políticas públicas fundamentales para mejorar las condiciones laborales, más allá de aumentar la capacidad productiva en términos de volumen, sobre todo en términos de decisiones políticas que marcan la aplicación de normativa. Con respecto a ello, Martínez, destaca que “la política pública abordada por la provincia de Buenos Aires, a partir de diciembre de 2013 con aplicación en 2014, puntualmente las resoluciones 137, 138 y 139 del OPDS, sentaron un precedente, junto con otras normativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para el cooperativismo de trabajo y su consideración como destino sustentable en la gestión de residuos (…) el impacto que generaron ha sido muy positivo en las cooperativas de trabajo de la provincia, pero por sobre todo, en el bolsillo de los trabajadores, que vieron incrementados sus retiros.”

Otra de los avances logrados, fue la “Certificación de la Normativa para Recicladores y Separadores Urbanos”, aprobada en 2016, por la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, a través de su Agencia de Acreditación de Competencias Laborales (AACL). Dicha norma califica y da sentido a una cuestión, que fue muy demandada por todos los asociados cooperativos dedicados a la gestión de residuos; poder certificar y establecer pautas que permiten dar un marco de profesionalización al trabajo realizado, ya que la actividad no contaba con normas de certificación de las competencias laborales, en las distintas tareas y conocimientos adquiridos por los trabajadores de la rama.

3. Integración Productiva Comercial - Encadenamiento Productivo

Este proyecto se lleva delante de manera articulada con distintas cooperativas de la Red, que reciclan vidrio y con la cooperativa de Trabajo Cristal Avellaneda[5]. En cuanto al funcionamiento del encadenamiento productivo en sí, el proceso se inicia con las cooperativas de la red que reciclan el vidrio en distintas zonas de la provincia de Buenos Aires, éstas lo trasladan en bolsones al polo productivo que tiene la cooperativa Creando Conciencia; y ésta última, lo procesa con ayuda de una máquina moledora de vidrio, delineada a medida, por diseñadores industriales de la Universidad de Buenos Aires.

Una vez que el vidrio es molido en su totalidad, se lo traslada a la Cooperativa Cristal Avellaneda; ya que esta última lo utiliza como insumo para la elaboración de sus productos. En el caso del vidrio blanco, sirve no solo para la producción de copas y vasos, sino que su destino principal es la producción de frascos que luego venden, entre otros, a la Federación de Cooperativas Apícolas (FECOAPI)[6], de esta manera, este material vuelve a ser reinsertado en la industria de una manera sustentable. Por su parte FECOAPI, no solo completa su propia cadena productiva, con los frascos de vidrio reciclado, sino que además, perfecciona el círculo, comprando las tapas de los frascos, a la Cooperativa de Trabajo Néstor Kirchner[7].

A modo de cierre, de más está decir, que la cooperación transversal entre diferentes sectores del movimiento cooperativo, fortalece no solo en términos económicos a quienes forman parte de la cadena, sino que además esas relaciones comerciales entre cooperativas y en diferentes escalas, es la expresión económica más íntegra del sexto principio. Cuando las cooperativas se integran dentro de una industria o sector económico, ya sea a través de federaciones o redes sectoriales para dar cumplimiento a sus objetivos económicos, no solo mejora la calidad de vida de sus integrantes y se fomenta el desarrollo local, sino que generan una ventaja cooperativa, que le permite a las cooperativas, firmeza permanente en la aplicación y fortalecimiento de la estrategia competitiva e inclusive una mayor dinámica de ajuste o reformulación a la misma, en caso de requerirse.

3.a. Economía Circular - Polo Cooperativo de Reciclado producen, además funcionan ocho oficinas, vestuarios y un comedor, para mayor comodidad de los asociados; al respecto Segovia dice “ahora podemos tener un abordaje productivo diferenciado de las tres grandes unidades de trabajo de la cooperativa: el procesamiento del material reciclable; la fabricación de útiles escolares, a partir del telgopor reciclado, y la producción de mobiliario urbano hecho con madera plástica reciclada”.

3.b. Creando Equipamiento Urbano

Consiste en una línea de mobiliario urbano destinado a espacios de uso común, entre los que se destacan: mesas, bancos, maceteros, composteras, cestos, listones para deck, huertas y reposeras. Todos estos productos se realizan con madera plástica reciclada, un material producido 100% con desechos post-consumo y que posee una extraordinaria resistencia a la intemperie, sin necesidad de tratamientos. Su línea de mobiliario urbano, se encuentran en más de 20 plazas de Tigre, Capital, Retiro, espacios abiertos de Nordelta, puertos y hoteles como el Sheraton. Al igual que la línea de huertas, se encuentran en algunas delegaciones municipales de Tigre, comedores sociales y polideportivos. A poco tiempo de su nacimiento, Creando Equipamiento Urbano, obtuvo la distinción de “Sello Buen Diseño Argentino” (SBD) otorgada por el Ministerio de Producción de la Nación.

 3.c. Telgopor + útil

Otro proyecto es el set de útiles escolares realizados a partir del reciclado del telgopor, uno de los materiales de más difícil trazabilidad y que produce un gran daño al medio ambiente, dado que puede tardar entre 100 y 1000 años en degradarse. La línea de útiles fue lanzada en noviembre de 2019 y, a partir de julio, comenzó a ser producida a mayor escala. El set de útiles consta de una regla, una escuadra de 45 y 60 grados. un transportador y una paleta de pinturas. El proceso productivo para convertir este material altamente contaminante en útiles  escolares, inicia con la recolección y separación del telgopor ; posteriormente se le quita el aire, este proceso hace que e material  que el material disminuya su tamaño considerablemente, en una proporción de 10 a 1, debido a que el 80% es aire y el 20% polietileno; el paso siguiente es molerlo, más tarde se extruda y, por último, se inyecta en matrices diseñadas específicamente para generar los útiles.

Varias cooperativas asociadas a Fetracoop y algunas otras vía Conarcoop, comenzaron a participar en la reinserción de este material y han logrado un empoderamiento hacia las cooperativas que hoy cuentan con un producto final, generando dos ventajas adicionales a la mejora económica: por un lado, se usa lo que ya existe, evitando que contamine, y por otro se evita generar material nuevo. En este sentido se observa, que una cooperación efectiva.

En 2018 lograron comprar predio de la cooperativa donde todo comenzó, gracias a un crédito obtenido, a través del Fideicomiso Fuerza Solidaria[8]. Mediante esta asistencia financiera la cooperativa logra adquirir el terreno en el que llevan adelante su trabajo; allí construyeron e inauguraron en plena pandemia un polo productivo de 1800 metros cuadrados. En él separan, reciclan y reutilizan los materiales con los cuales actualmente conlleva a un beneficio mutuo, establecer un entramado de actores sociales que permitan generar un circuito para comercializar productos de materiales recuperados, permite a las cooperativas más pequeñas conseguir capacidad y recursos, así como también compartir los beneficios de la investigación y desarrollo de nuevos procesos productivos.

 4.  Integración Social

El séptimo principio cooperativo “preocupación por la comunidad”, tiene estrecha relación con los valores cooperativos, de ayuda mutua y responsabilidad. De esta combinación surge el hecho de que las cooperativas nacen y se arraigan en las comunidades en las que desarrollan su actividad. Su éxito se basa en su capacidad para ayudar a esas comunidades a desarrollarse de un modo sostenible.

El séptimo principio cooperativo "preocupación por la comunidad", tiene estrecha relación con los valores cooperativos, de ayuda mutua y responsabilidad. De esta combinación surge el hecho de que las cooperativas nacen y se arraigan en las comunidades en las que desarrollan su actividad. Su éxito se basa en su capacidad para ayudar a estas comunidades a desarrollarse de un modo sostenible.

A lo largo de los años, la cooperativa, viene realizando una labor social significativa en la zona, ya que apadrina a 8 merenderos de Tigre, donde se alimentan a 1.977 vecinos en situación de vulnerabilidad.[9] “En la cooperativa trabajan personas con diversas problemáticas sociales, en la comunidad se ven casos de violencia de género y de consumo de sustancias, gran parte de los socios viven en asentamientos. Tratamos en la medida de lo posible aportar nuestro grano de arena para que la comunidad crezca. Además, estamos detrás de cada socio para guiarlos y ayudarlos a salir de cada situación en particular” relata Noelia.

En cuanto al ingreso nuevos asociados, Noelia cuenta que “para asociarse a la cooperativa, las personas tienen que ser monotributistas, además de cumplir los requisitos que establece el estatuto y el reglamento interno; sin embargo desde el momento que ingresan, la cooperativa se hace cargo de pagar el Monotributo a los asociados”, de esta manera, agrega Noelia “nos aseguramos, que todos los trabajadores de la cooperativa, tengan su obra social y aporte jubilatorio, y que el costo del impuesto no recaiga sobre ellos. También creamos lo que llamamos Bono Igualitario, que es el equivalente al aguinaldo que perciben los trabajadores en relación de dependencia, de esta forma equiparamos ingresos entre las distintas escala de retiros. Ese bono, se paga en Julio y Diciembre.” A mediano plazo la cooperativa está proyectando la construcción de una guardería, para los hijos de los asociados y un centro de atención primaria para la salud.

En estos aspectos es cuando se aprecia en su totalidad, la ventaja de las cooperativas de trabajo respecto a otros tipos de organización laboral. En las cooperativas de trabajo la finalidad no es el lucro, sino lograr en forma autogestionaria las condiciones de trabajo deseadas, decir: definir qué sistema de remuneración se pretende, cómo se organiza el trabajo (división técnica y social, su concepción y ejecución); contenido del trabajo, posibilidades de promoción; duración y configuración del tiempo; servicios sociales y asistenciales. Estas experiencias, aumentan la visibilidad de las cooperativas, porque dan a conocer cómo pueden las cooperativas aportar a la solución de los problemas que afronta la comunidad en la cual se desarrolla.

 5. Conclusiones

A lo largo de estas páginas, se ha ido señalando la importancia y la magnitud que puede tener la integración cooperativa cuando se lleva adelante con responsabilidad y basándose en la doctrina cooperativa. A la luz de esta experiencia, se han recorrido distintos aspectos acerca de las diferentes estrategias de integración encuadradas en los principios y valores cooperativos. En este sentido, se ha corroborado que la Cooperativa de Trabajo Creando Conciencia, a través de las estrategias de integración cooperativas presentadas, Federaciones y Confederaciones, Red Nacional de Cooperativas, Incubadoras sociales de procesos cooperativos de reciclado, compre cooperativo, programa Reciclá, y las distintas cadenas productivas con agregado de valor, permiten a una empresa reconfigurar las actividades que generan valor para poder lograr las ventajas necesarias y enfrentar los desafíos que proponen los mercados actuales. La flexibilidad que le admiten estas estrategias le permite a la cooperativa reaccionar con rapidez a las necesidades del mercado y su comunidad.

La cooperativa se ha visto fortificada en todos los aspectos analizados: político institucional, económico-comercial, social y ambiental, consolidando su solidez empresarial y fortaleciendo a las cooperativas con las que se integra.

Para seguir creciendo es fundamental administrar -en un mercado competitivo y poco solidario- una empresa de propiedad conjunta y democráticamente gestionada; que, como parte de la clase obrera, asume como propios los principios y valores del cooperativismo para la defensa de los derechos del trabajador, en la que se combinan la democracia, la integración, el fomento de su propia actividad y la distribución de excedentes entre sus asociados. Es justamente aquí, donde hay que hacer foco e ir adecuando el movimiento cooperativo a las nuevas reglas del mercado; concebir la integración desde de la inclusión social es la clave. La aplicación concreta del principio de la integración cooperativa, es un remedio natural para hacer frente a un contexto cambiante y una prueba para la innovación cooperativa.

Como se ha visto, existen diversas formas de integración, a nivel institucional y a nivel económico, para lograr encuadrar con éxito una integración económica, que incluye diversas acepciones y marcos jurídicos, es preciso partir de un diagnóstico inicial correcto a los efectos de complementar recursos y estructuras organizativas diferentes, las cooperativas deben desarrollarse a partir de la consolidación de aquellas cadenas de valor en las cuales están insertas.

La conformación de redes sectoriales, para la integración, generan un circuito de información, experiencias y habilidades que posibilitan capitalizar el conocimiento y activar los procesos de innovación. Este camino de integración y de producción de sinergias, permiten reaprovechar toda la capacidad de conocimiento que existe en el movimiento cooperativo, buscando líneas de desarrollo estratégico comunes, que posicionen mejor en la construcción de alianzas con los distintos estamentos para la generar políticas públicas de abajo hacia arriba, co-creadas y co-gestionadas, de manera tal que, centrada en la misma esencia del cooperativismo, instituyan el camino para enfrentar los mayores retos, no solo vinculados a la competitividad, sino también a la sostenibilidad ante el deterioro del medio ambiente y la crisis socioeconómica.

Las cooperativas de trabajo son un camino para la creación de trabajo decente y sostenible, y la integración entre ellas, como hemos demostrado, constituye una garantía de futuro frente a las dificultades y los problemas de un sistema basado en la competencia, convirtiendo de este modo, las amenazas en oportunidades. En este sentido, Creando Conciencia ha sabido reaccionar de manera positiva a los embates de los cambios económicos, sociales y culturales del país, cubriendo carencias y/o deficiencias en las que el Estado no ha podido dar respuestas. Sin embargo, no sólo ha crecido en número de asociados desde su constitución, sino también, han incrementado los ámbitos de acción y participación, los que sin duda consiguen alcanzar gracias a los procesos de integración.

 

Bibliografía

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[1] Se entiende por economía circular: al modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.

[2] La Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado es una empresa creada por los estados de la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para realizar la gestión integral de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana Buenos Aires, y el desarrollo y conservación de los espacios verdes y azules. https://www.ceamse.gov.ar/nuestra-historia

[3] FECOOTRA se constituyó el 29 de mayo de 1988, buscando representar y defender los derechos e intereses de los trabajadores asociados en cooperativas de trabajo; fue un promotor esencial de su armado, ya que promovió la conformación de esta nueva federación para fortalecer el trabajo territorial y la integración de estas cooperativas con otros actores sociales que participan en la región.

[4]  A saber: Federación de Cooperativas Integradas de Jujuy Limitada (FECOVIJUY); Federación de Cooperativas Unidas F.C.U. Limitada; Federación de Organizaciones Productoras de Alimentos Limitada  (FOPAL); Federación Riojana de Cooperativas Autogestionadas Limitada (FERCOA); Federación Red Grafica Cooperativa Limitada; Federación de Cooperativas FEDCOOP Limitada de Santiago del Estero; Cooperativas de Trabajo Federadas Sur de Córdoba Limitada, Federación de Cooperativas de Corrientes Limitada (FEDECOOP); Federación de Cooperativas Productoras de Alimentos de Misiones (FECOPAM); Federación de Recicladores de la República Argentina (FERECOOP) y la Federación de Cooperativas para la Inclusión Social (INCLUSION), de Rosario

[5] Para contextualizar, la Cooperativa de Trabajo Cristal Avellaneda Ltda., ex Cristalux SA., famosa por fabricar la histórica vajilla marca Durax, presenta la quiebra en noviembre de 1999, es así que la planta ubicada en la localidad de Gerli, partido de Avellaneda, cerró sus puertas y dejó a más de 600 trabajadores sin empleo. A partir de allí, se inicia el proceso de recuperación de la capacidad productiva y de las fuentes de trabajo. Con el tiempo, algunos compañeros de la fábrica volvieron a darle vida a un lugar que había quedado desolado y lo transformaron en una cooperativa de trabajo en pleno funcionamiento, con 170 asociados y diversos proyectos de crecimiento destinados a ampliar la capacidad productiva de la planta.

[6] La FECOAPI, está conformada por Cooperativas con el espíritu de agregar valor a las producciones de miel y subproductos de la colmena. Actualmente integran la federación 11 cooperativas asociadas de la región norte del AMBA.

[7] Ex metalúrgica Raimat, empresa recuperada por sus trabajadores y dedicada a la elaboración de tapas de hojalata para envases comestibles. La Cooperativa fue recuperada por sus trabajadores en 2002 y actualmente cuenta con 65 trabajadores que la mantienen en pie.

[8] El Fideicomiso "Fuerza Solidaria" es una iniciativa del Gobierno de la Provincia de Bs As, el Banco Provincia y el Instituto Provincial de Lotería y Casinos cuyo objetivo es brindar asistencia financiera y técnica a sectores de la población que no tiene acceso al sistema formal de crédito para incorporarlos al sistema financiero y facilitarles una mayor participación social

[9] Los merenderos están ubicados en distintas localidades de Tigre tres en Benavidez: Tino, La Mascota y Piecitos con 300, 520 y 35 asistentes respectivamente; Tino II en Las Tunas con 170 asistentes; el comedor Unidas en Acción en el Barrio Aviación de Don Torcuato, en el cual asisten a 140 personas, el Comedor Club Alarcón también en Don Torcuato con 90 personas asistidas, el comedor María Del Carmen, en el Barrio Bancalari de la ciudad de Victoria con 120 personas, y Troncos del Talar, este último uno de los más numerosos con 600 personas.

 

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