2. Grandes inversiones y dinámicas metropolitanas: Buenos Aires

¿Ciudad global o ciudad dual del siglo XXI ?

POR PABLO CICCOLELLA

Introducción

Los procesos de reestructuración económica global están dando lugar, en los últimos años, al rediseño de la relación entre sociedad, economía y espacio, generando nuevas estructuras territoriales de producción, gestión, circulación y consumo, así como nuevas formas de fragmentación y segregación socioterritorial.
Numerosos estudios recientes indican que dichas transformaciones tienden a expresarse de manera particular y exacerbada en los espacios metropolitanos, convirtiéndolos en escenarios protagónicos de la lucha entre las ascendentes tendencias globalizantes y la revitalización de las identidades locales. En estos ámbitos geográficos se observan procesos de aceleración e intensificación de la fragmentación y especialización del espacio urbano
La fragmentación y segregación urbana ya no se estaría dando solamente según sectores sociales o usos del suelo, sino también según el mayor o menor grado de incorporación funcional de cada porción del espacio urbano al nuevo orden económico y a la nueva red global de relaciones económicas. La ciudad se fracturaría ahora en sectores, barrios o municipios, escasamente integrados, no rentables o deprimidos y en fragmentos urbanos modernos, globalizados, especializados y competitivos.
En el marco de los procesos de globalización, desregulación y apertura económica, en los años noventa, la reestructuración metropolitana se presentaría como un proceso donde los factores externos a la metrópolis y al país en que esta se asienta, tenderían a avanzar sobre el espacio ocupado por los factores internos a la metrópolis y a su entorno nacional, pudiendo ocasionar una pérdida de control sobre su proceso de transformación.
Uno de los ejes centrales de la pugna entre lo local y lo global, entre el predominio de factores internos y externos de transformación, estaría representado por las características y tendencias de las nuevas inversiones, en particular en la forma en como afectan o inducen a la resignificación de la producción, la gestión empresarial y el consumo, así como por la intensificación de la segregación territorial entre las áreas residenciales de sectores sociales de distintos niveles de ingresos. Este aspecto de la reestructuración sería especialmente notable en las grandes metrópolis de la periferia capitalista, donde el proceso de metropolización, liderado claramente por la industrialización en los años cincuenta, sesenta y setenta, estaría cediendo lugar en lo que va de la década actual, a nuevas formas de estructuración metropolitana.
Además de las transformaciones tecnológicas y productivas -sumamente estudiadas en los últimos años- ; el sesgo de las nuevas inversiones, los cambios socioculturales y las transformaciones político-institucionales (reforma del Estado, privatizaciones, descentralización técnico-administrativa, los cambios a nivel de las formas e instrumentos de ordenamiento territorial, planificación y gestión urbana), parecen poseer un notable protagonismo en la constitución de las nuevas tendencias en la estructuración del espacio metropolitano.
Este trabajo parte de un programa de investigación recientemente iniciado en la UBA, en el que confluyen varias líneas de trabajo sobre las principales dinámicas metropolitanas en la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA)
1, en relación a grandes inversiones en los años noventa, priorizando cinco ejes ejes : dinámica inmobiliaria y nuevas tipologías de espacio residencial; difusión de grandes equipamientos de consumo, ocio, espectáculo y turismo; consolidación-ampliación de los distritos de gestión empresarial ; nuevas lógicas de localización del capital industrial ; y rediseño de la red de transporte metropolitano. El presente trabajo espera contribuir a la reflexión y debate sobre la dualidad y contradicciones de dichos procesos, con tendencias hacia la modernización y globalización, por un lado y hacia la profundización de la exclusión social, por el otro.

Tendencias de reestructuración metropolitana en los años noventa

Tal como se sugería al comienzo de este trabajo, las dinámicas metropolitanas estarían siendo afectadas por las transformaciones estructurales que desde principios de los años setenta están delineando una nueva etapa del desarrollo capitalista, que algunos autores denominan capitalismo global (Mendez, R., 1997 : 41). Estas, determinarían nuevas modalidades de producción y organización del territorio y estarían dando lugar a la redefinición de la forma, la estructura, las funciones y los tiempos de transformación de los grandes espacios urbanos. Dicho en otros términos, el cambio en el régimen de acumulación estaría estrechamente relacionado con las nuevas dinámicas territoriales y patrones de metropolización. Sin embargo, si bien estos cambios parecen tener una fuerte dependencia respecto de las nuevas condiciones productivas, tecnológicas y macroeconómicas globales del capitalismo, exhibirían también factores explicativos políticos, institucionales y socioculturales locales.
Se observa, asimismo, la declinación de las funciones productivas tradicionales en la ciudad y esta tiende a ser reacondicionada en función de las lógicas del consumo y de los servicios avanzados (gestión de la producción, ingeniería de proyectos, control de la información, investigación y desarrollo, innovación tecnológica, etc.). Declina asimismo su perfil como ámbito vivencial, de encuentro y de sociabilidad, e incrementa su función como espacio de valorización del capital, como locus de competitividad, como forma territorial y condición de acumulación para los grandes inversores y empresarios locales y externos, poniendo en crisis la relación entre espacio público y espacio privado.
La profundización del régimen de acumulación flexible ha tendido a desencadenar un considerable efecto en la estructura, forma y organización del territorio. Ha generado un nuevo modelo selectivo de incorporación/exclusión de áreas determinando la declinación de unas y el ascenso de otras (Benko y Lipietz, 1994 : 36). Ha dado lugar asimismo a una dura puja por la radicación de inversiones entre regiones, entre ciudades, todas contra todas a nivel mundial, , dando lugar a la competitividad interterritorial, en el marco de una economía de tendencias marcadamente globalizadoras (Ciccolella y Mignaqui, 1994 : 81-84).
En este nuevo contexto, las grandes regiones metropolitanas tienden a recuperar protagonismo y a constituirse a la vez en los espacios de la crisis global y en la forma central de la organización territorial del capitalismo postfordista. En dichos espacios tiende nuevamente a concentrarse la información, las decisiones, las inversiones, los denominados servicios avanzados, el financiamiento del proceso de producción y la acumulación de capital (Fernandez Durán, 1993 : 9-13). Así, el orden metropolitano cuasi fordista en las grandes ciudades más o menos industrializadas de la periferia capitalista, tras una transición de desarticulación o desorganización espacial, parece estar dando lugar a nuevas tendencias de metropolización, gobernadas ahora por las nuevas necesidades estructurales del capitalismo global.
Las nuevas formas de producción y articulación del espacio constituyen a la vez un rasgo distintivo y uno de los factores explicativos de las nuevas formas de metropolización. Se ha pasado de un espacio metropolitano compacto, que avanzaba en forma de "mancha de aceite", con una morfología y bordes bastante bien definidos, hacia un crecimiento metropolitano en red, conformando una verdadera ciudad-región, de bordes difusos, policéntrica, constituyendo en algunos casos, verdaderas megalópolis o archipiélagos urbanos. En otras palabras, se pasa de territorios estructurados fundamentalmente en base a la articulación horizontal y contigua de los lugares o regiones, a un territorio estructurado tridimensionalmente y verticalmente por medio de redes y en forma de red.
La contradicción entre desarrollo de las telecomunicaciones, -que, dicho sea de paso, genera en algunos analistas la sensación del fin del espacio, de la geografía y de las especificidades locales- y un nuevo proceso de concentración metropolitana de estas funciones, estaría explicado por el hecho de que si bien cliente y empresa pueden estar distantes, estas últimas requieren más que nunca la proximidad de los servicios avanzados.
Efectivamente, Veltz y Sassen coinciden en señalar a la expansión del mercado de los servicios especializados o avanzados como responsables del nuevo auge metropolitano, ya que es allí donde aquellos se han desarrollado vertiginosamente en los últimos años, constituyéndose en sí mismos en factor de atracción de las grandes empresas industriales y por lo tanto de remetropolización. Como se dijo, las empresas pueden situarse lejos de sus clientes, inclusive lejos de sus proveedores de materias primas, partes, ensambles e insumos industriales en general, pero necesitan estar cerca de los servicios especializados y de los centros de conocimiento e innovación, y estos, habitualmente, sólo se encuentran en cantidad y calidad suficientes en las grandes metrópolis (Veltz. P., 1994 a: 295 y Sassen, S., 1994 :150). Lo que para algunos autores resulta un proceso de remetropolización en forma de concentración expandida (de Mattos, C., 1997 :21-23), ampliada o derramada, para Castells constituiría una tendencia de características más complejas y resultaría de una dialéctica entre centralización y descentralización, en la cual el rol clave lo juegan los servicios y la información (Castells, M., 1995 :213-248).
Las relaciones de contigüidad en el nuevo contexto significan poco en los nuevos procesos de producción y articulación del espacio. La forma en que se articula el espacio en el capitalismo flexible no es predominantemente horizontal. Las "verticalidades" como plantea Santos, juegan un rol muy fuerte como articuladoras en un espacio que tiende a estructurarse a partir de relaciones verticales y piramidales que se superponen a las relaciones horizontales, de contigüidad y habitualmente las hegemonizan (Santos, M. 1996 :222-229). Si bien las condiciones "locales" pueden potenciar un escenario territorial más fértil
2 que otro, nada impide que una ciudad (o una empresa) pueda prosperar en medio de una región que declina, en tanto sea capaz de inscribirse en una malla de relaciones funcionales, organizacionales e informacionales multiescalares, como resultado del pasaje de un territorio de zonas o lugares a un territorio de redes o flujos (Veltz, P., 1994b : 29) .
De acuerdo con estas consideraciones, en los años noventa, se han producido significativos cambios en las tendencias y transformaciones decisivas respecto de la forma en que el espacio tiende a articularse. Las transformaciones de la producción industrial y los servicios vinculados a la misma, parecen estar cumpliendo un rol destacado en las dinámicas territoriales. Sin embargo, a priori, podría decirse que las actividades e inversiones vinculadas al consumo están evidenciando en los años noventa mayor dinamismo que las vinculadas a la producción industrial, manifestándose como más potentes en la inducción a transformaciones territoriales, al menos en las grandes áreas metropolitanas.

Relevancia de las nuevas inversiones en Buenos Aires

En el caso de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) dichas transformaciones se habrían acelerado desde 1991, cuando la administración gubernamental nacional asumida en 1989, logró abrir en el país un escenario fértil para las tendencias reestructuradoras globales, a partir de un nuevo proceso de modernización, motorizado por la reforma del Estado, la desregulación, las privatizaciones, la convertibilidad, la estabilidad monetaria, el crecimiento económico y las nuevas inversiones, en especial inversiones extranjeras directas (IED). Tras un largo período de estancamiento de la producción, el consumo y la inversión, durante el cual habrían predominado tendencias a la desorganización y desarticulación territorial metropolitana, se pasaría en los años noventa a un escenario de tendencias definidas hacia un nuevo patrón de metropolización, diferente al forjado durante el modelo de industrialización sustitutiva de importaciones (ISI) 3. En los años noventa, el Estado, parece disminuir notablemente sus acciones directas sobre el territorio y pasaría a actuar más específicamente como acondicionador y promotor del mismo según las nuevas necesidades del capital privado, que se estaría convirtiendo en el actor principal en el proceso de producción del espacio .
La reforma del Estado, la puesta en marcha de la privatización y concesión de empresas estatales y servicios públicos, la reactivación del crecimiento económico, la estabilidad monetaria y otros factores han planteado un nuevo escenario macroeconómico de carácter "fertilizante" desde el punto de vista de su capacidad de atraer cierto tipo de inversiones (dirigidas fundamentalmente al sector servicios y a la adquisición de empresas del complejo alimentario). La dinámica del crecimiento económico y las perspectivas de un mercado ampliado como el Mercosur, además de un contexto favorable a la inversión extranjera directa (IED), fomentado particularmente por el programa de privatizaciones, impulsaron una nueva etapa de ingreso masivo de capitales. Entre 1990 y 1996, la IED fue de aproximadamente 22.000 millones de dólares (Chudnovsky y López, 1998 : 73), más otros 8.000 millones de dólares que se habrían invertido en 1997, totalizando alrededor de 30.000 millones de dólares en sólo ocho años, la mayor parte de los cuales se habrían concentrado en la RMBA.
El grado de extranjerización de la economía argentina se intensifica entonces especialmente en los últimos años y plantea algunos interrogantes con respecto no sólo al grado de autonomía en la gestión y control del Estado en ciertos ámbitos que aún le competen, sino también sobre la vulnerabilidad de una economía asentada crecientemente en centros de decisión que están fuera de su órbita.
En los 90 se verifica un desplazamiento de intereses de quienes ocuparon en la década anterior un papel protagónico en el círculo de poder económico. Surgen así nuevos actores y sectores de actividad. La cúpula empresaria reconoce cambios muy significativos en cuanto a la principal actividad económica que constituye el eje de interés del grupo. Se produce entonces la entrada de nuevos consorcios adjudicatarios de las privatizaciones de los servicios públicos así como el ascenso de empresas prestadoras de servicios o de empresas vinculadas con el comercio minorista (shopping centers, cadenas de hipermercados, etc.).
Efectivamente, los servicios privatizados, los grandes equipamientos de consumo, ocio y espectáculo, la nueva hotelería internacional, la reconversión industrial y los grandes proyectos urbanísticos están fuertemente vinculados a las IED en los años noventa, en tanto que las nuevas urbanizaciones periféricas (barrios cerrados, marinas, etc.) y la redefinición de la infraestructura de autopistas y accesos rápidos han estado más vinculados a las inversiones locales.
Durante esta década se han verificado por ejemplo, grandes inversiones en materia de infraestructura de transporte y circulación, con un fuerte impacto sobre la reestructuración de la Región Metropolitana de Buenos Aires. Se han construído alrededor de 150 km entre nuevas autopistas (Buenos Aires-La Plata, Acceso Oeste) y remodelación y ampliación de autopistas ya existentes (General Paz, Acceso Norte y sus diferentes ramales, etc.). Otros 300 km. están en construcción y se prevé su finalización entre 1998 y el año 2000 (tramo final de la autopista Buenos Aires-La Plata, autopista Ezeiza-Cañuelas, 3ra. Circunvalación -actual Ruta Nacional N ° 6-, etc.). La inversión total estimada desde 1990 hasta la conclusión de las obras hacia el fín de la década rondaría los 1.500 millones de dólares sólo en la RMBA.
Durante lo que va de la década actual se han realizado inversiones de entre 3.500 y 4.000 millones de dólares en nuevas urbanizaciones privadas (barrios cerrados, countries y marinas en la RMBA), con alrededor de de 4.000.000 de m2 cubiertos construídos y ocupando una supericie total aproximada de 30.000 hectáreas o 300 km2, lo que da una magnitud de la dimensión de un proceso de suburbanización, ya que sólo estas tipologías, en 10 años expandieron un 10% la superficie total aproximada del área metropolitana de Buenos Aires
4.
Por su parte, la inversión estimada en materia de nuevos equipamientos vinculados al consumo, entretenimiento y espectáculo, también superaría los 3.000 millones de dólares, siendo el externo el origen del capital en más de un 80%
5.
En materia de hotelería internacional (4 y 5 estrellas), entre los hoteles históricos adquiridos por firmas transnacionales del sector (caso Plaza Hotel, adquirido por Marriott), los nuevos hoteles construídos en los noventa (Hyatt, Caesar Park, Intercontinental, etc.) las ampliaciones (Sheraton, Panamericano, etc.) y los proyectos hasta el año 2000, las inversiones extranjeras rondan los 900 millones de dólares en la década para el sector.
También es importante la inversión destinada a nuevas sedes empresariales. La tendencia actual está vinculada a la construcción de los denominados "edificios inteligentes", de los cuales se han construído o en están en construcción o proyecto avanzado, al menos unos 300.000 m2 sólo en está década, con una inversión aproximada del orden de los 500 millones de dólares, la mayor parte de origen externo.

Transformaciones metropolitanas recientes en Buenos Aires

Como ha sucedido en otras etapas de auge de la inversión en la Argentina, la mayor parte de las mismas habrían tendido a concentrarse en la RMBA, desencadenando procesos de transformación a priori comparables a los de otras metrópolis latinoamericanas y del primer mundo, entrañando tendencias homogeneizantes respecto de modelos más cercanos a los patrones norteamericanos de metropolización (en términos de estructura, morfología y paisaje urbanos) ya distintivos de muchas grandes metrópolis latinoamericanas como Caracas, México, Santiago, Sao Paulo, Río de Janeiro, etc., que a los clásicos patrones europeos de metropolización predominantes hasta hace pocos años en Buenos Aires. Estas tendencias ilustran sobre la puja entre la afirmación de una fuerte identidad cultural y patrimonial de algunas áreas de la ciudad y la asimilación de las tendencias globalizantes propias de este fin de siglo, en otras partes de la misma.
Durante la década actual , las inversiones privadas aparecerían como uno de los factores más importantes de rediseño territorial metropolitano, frente al retiro del Estado en materia de inversión productiva y social. Este cambio de situación estaría determinando un recrudecimiento de la exclusión social y de la fragmentación territorial, y de una cierta tendencia a la especialización funcional creciente de cada fragmento urbano, tendiendo a producir cambios profundos en el patrón de comportamiento territorial de las inversiones, que ahora sería mucho más selectivo que bajo el modelo de Industrialización Sustitutiva de Importaciones (ISI).
Por un lado, dicho proceso de cambio tendería a fortalecer las tendencias globalizantes en la RMBA, como consecuencia de la expansión de los distritos de comando (sedes de grandes empresas), la difusión de nuevas formas de producción industrial, la expansión de shopping centers, hipermercados, centros de entretenimiento y espectáculo, hotelería internacional, nuevas alternativas residenciales (barrios cerrados, marinas, torres de viviendas con servicios especiales y otros complejos habitacionales de alta prestación y confort, etc.) y la redefinición del sistema de circulación automotor de alta velocidad. Estos nuevos objetos urbanos (NOU) impulsarían, a su vez, el ingreso y utilización de nuevos materiales y tecnologías constructivas, así como nuevos patrones estéticos en el diseño, la arquitectura y el urbanismo, constituyéndose en los principales agentes de la configuración de nuevos paisajes y morfologías urbanas. Estos fenómenos podrían significar una creciente extranjerización del proceso de producción, gestión y organización del territorio metropolitano. Su diseño y acondicionamiento se vuelve cada vez más externo a la ciudad misma y al país en que esta se asienta. Las lógicas, mecanismos, factores y actores que operan sobre el crecimiento y/o la transformación metropolitana pertenecen cada vez más a la esfera de decisiones y estrategias globales del capital.
Por otro lado, las transformaciones metropolitanas del último cuarto del siglo actual, también están induciendo a la profundización y cristalización de formas territoriales de la exclusión, ya existentes bajo la urbanización fordista, tales como asentamientos precarios o el deterioro de áreas centrales de la ciudad y del hábitat popular forjado durante el régimen de acumulación fordista.
Precisamente, entre los años cuarenta y setenta, el dinamismo y la capacidad transformadora del proceso de industrialización constituyó el principal factor de metropolización. En cambio, durante la década actual, la difusión de grandes equipamientos de consumo y entretenimiento, parecerían disputar ese protagonismo al sector industrial. En otras palabras, bajo la ISI predominaba una dinámica territorial centrada fundamentalmente en la producción industrial, mientras que en las actuales tendencia a la acumulación flexible, parecen predominar dinámicas territoriales más vinculadas al consumo y a los servicios, alterando significativamente los usos del suelo y los patrones del proceso de metropolización. Paralelamente, también podría decirse que bajo el proceso de ISI, los sectores populares constituyeron el sujeto social de la expansión metropolitana, y particularmente de las políticas de vivienda del Estado así como de las estrategias de los promotores inmobiliarios ; mientras que bajo el régimen de acumulación posfordista, en confluencia con el modelo de estado neoliberal, el sujeto social predominante tanto de los promotores inmobiliarios como de las políticas estatales en materia de urbanismo y vivienda serían los sectores de ingresos medios-altos y altos.
Otro de los principales rasgos de la redefinición territorial metropolitana estaría representado por la tendencia hacia un morfología policéntrica, esto es hacia la formación o consolidación de subcentros y la redefinición de áreas de influencia, bordes, nodos, corredores, así como por una nueva geografía de la diferenciación y fragmentación intrametropolitana. Ello daría lugar a la redefinición funcional y organizacional al interior de la RMBA, definiendo barrios y municipios que ganan y barrios y municipios que pierden dentro de la nueva trama organizacional metropolitana
6.
Como se sugería más arriba, un aspecto particular del proceso bajo estudio, está referido al fortalecimiento de tendencias "globalizantes" y la generación de vastos espacios que desdibujan las identidades y referencias de los lugares, en términos de objetos urbanos, estilos arquitectónicos, hábitos culturales, estructura y morfologías urbanas que podrían pertenecer por igual a cualquier lugar del mundo, sin mayores referencias locales.
Este fenómeno en el caso de la RMBA, se expresa particularmente en de distintos tipos de NOU. En un primer nivel de impacto, la proliferación de grandes equipamientos de consumo, preferentemente bajo la forma de "malls", shopping centers e hipermercados (muchas veces en distintas formas de combinación). Dada la magnitud de tales equipamientos, estos estarían provocando numerosos efectos sobre la urbanización. En la periferia metropolitana parecen convertirse en ejes y factores de nuevas urbanizaciones, ya implicando nuevos usos del suelo comercial, residencial, recreativo, industrial o áreas de servicio a la circulación automotor. En tanto en las áreas centrales, se constituyen en factor disparador de procesos de renovación y/o reciclaje urbano y también factor de localización de complejos habitacionales -generalmente de alto patrón- o culturales.
Otro fenómeno interesante, es la consolidación, reorganización territorial, modernización y expansión de los llamados distritos de comando o de sedes corporativas y empresariales, en función del nuevo modelo de desarrollo económico que tiende a ampliar y multiplicar la cantidad y formas de vinculación y articulación entre la economía nacional y el sector externo, a partir de la veloz y fuerte expansión del comercio internacional, en particular con el MERCOSUR. En relación con este fenómeno, se está dando también una fuerte expansión de la capacidad instalada en hotelería internacional, dado el incremento en la demanda de plazas para empresarios, inversores, ejecutivos, etc. Complementariamente, el incremento del turismo vinculado a eventos científicos, artísticos empresariales internacionales (también de fuerte crecimiento en los últimos años en Buenos Aires), el turismo cultural y el turismo vacacional tradicional, han impulsado el desembarco de varias cadenas hoteleras internacionales. Nuevas sedes empresariales y nueva hotelería internacional, están contribuyendo a la transformación metropolitana, en este caso, de las áreas centrales, fortaleciendo en general, el fenómeno ya histórico de la centralidad en la configuración del espacio metropolitano, pero con una concepción esta vez "expandida" (de Mattos, C., 1997 : 51) o "derramada" del clásico distrito central de negocios (CBD) También se observan algunas tendencias de policentrismo en algunas periferia privilegiadas de la región metropolitana, donde estos NOU están cambiando en conjunto el paisaje y los rasgos distintivos de la ciudad, generando imágenes emblemáticas del poder económico. La pérdida de raíces territoriales de los grupos económicos nacionales parece tener su correlato material en la adopción de imágenes corporativas que reproducen a diversa escala la expresión arquitectónico - urbanística del poder económico en los centros de poder mundial al modo de los distritos de Wall Street, La Defense o Isle of Dog's.
La proliferación de nuevas alternativas residenciales es otro de los fenómenios de mayor dinamismo. Desde las torres o complejos de torres residenciales de alto patrón o alta prestación con servicios e infraestructuras deportivas o de confort en las áreas más consolidadas de la RMBA (Capital Federal y partidos de la primera corona del GBA), pero con una dispersión territorial que a priori aparece como bastante restringida o selectiva (Belgrano, Caballito, Palermo, Avellaneda, Quilmes, etc.) hasta los nuevos barrios privados, "countries" y marinas en los bordes externos del Gran Buenos Aires. Estas nuevas configuraciones residenciales, en función de su programa, partido arquitectónico, lenguaje compositivo y patrones estéticos, también estarían generando fuertes impactos sobre el paisaje y trama urbana metropolitana, poniendo en crisis la concepción clásica de la unidad funcional del tejido urbano : la manzana, o expandiendo el área construída, densificando en términos verticales, pero con impacto visual de trama abierta o tejido no compacto, o bien extendiendo el espacio construído de la metrópolis en "lenguas urbanas" de bajísima densidad, con predominio de áreas verdes, en los bordes periféricos (Mignaqui, I., 1997a :51). Pero sobre todo, estos barrios constituyen un fenómeno social sumamente dinámico de autoencapsulamiento de sectores sociales de altos y ultimamente medianos ingresos, en función de la oferta de infraestructuras deportivas y de seguridad que estos conjuntos ofrecen en mayor o menor medida.
En algunos casos se da inclusive un desplazamiento físico de los sectores populares de áreas centrales de la ciudad a ser reincorporadas al espacio residencial, de esparcimiento o de consumo de ciertos sectores sociales medios en ascenso (profesionales, ténicos, artistas, etc.). Este proceso, conocido con el nombre de gentrification, cuyos casos paradigmáticos se han estudiado en las operaciones de renovación urbana y reciclaje de las áreas portuarias de Londres o Dublín. Si bien en el caso de Puerto Madero no se podría hablar propiamente de gentrification, ya que no preexistía una población pobre residente, es evidente la apropiación por parte de esos sectores sociales de un espacio que no les pertenecía, ya sea en términos residenciales, de consumo o de esparcimiento. En cambio sí resulta más claro el proceso de gentrification que actualmente está comenzando a sufrir el barrio del Abasto.
Sucesivas reestructuraciones del sector industrial desde mediados de los años setenta, alternando procesos de desindustrialización, entre 1975 y 1990, y reindustrialización, cambios en la localización y articulación espacial expandida, ampliada y selectiva, en los noventa, también están impactando visual y funcionalmente el paisaje, la forma y la estructura de algunas áreas de la RMBA. El reciclaje o abandono de infraestructuras y equipamientos industriales de fragmentos urbanos tradicionalmente industriales (distintas áreas de los partidos de Avellaneda, Lanús, La Matanza, San Martín, etc.) muestra un cuadro de desarticulación y deterioro espacial y social . En tanto, los bordes del GBA se están revitalizando y consolidando como nuevos espacios industriales, como sería el caso de los Parques Industriales de Pilar, Garín y Tortuguitas. Comenzarían también a advertirse algunas configuraciones vinculadas a las nuevas tecnologías informacionales y organizacionales del capitalismo flexible, como por ejemplo en Zárate, al el influjo de las tecnologías "just in time" y del MERCOSUR en la asociación entre empresas o filiales argentinas y brasileñas del complejo automotriz.
Los nuevos espacios de producción, consumo y residencia a su vez serían demandantes y beneficiarios de mejoras sustanciales en la red de accesos y autopistas de la RMBA. En efecto, el sector transporte sería uno de los que ha recibido mayores inversiones en los últimos años, a partir del sistema de concesión y peaje. Estas macroestructuras, como es el caso de la remodelación de la Panamericana, la terminación del acceso Oeste, la habilitación de un tramo de la autopista Buenos Aires - La Plata, se estarían constituyendo en factores generadores de nuevos procesos de urbanización y metropolización
7.Dentro del proceso de reorganización territorial de la RMBA estarían cumpliendo un rol destacado las inversiones dirigidas al rediseño y ampliación de la red de transporte, en particular autopistas y accesos, cambiando las condiciones de circulación y accesibilidad y privilegiando el uso de automóviles particulares sobre el transporte público automotor y ferroviario, y consecuentemente contribuyendo a elevar el índice de motorización.
Estas transformaciones metropolitanas y cambios en los usos del suelo estarían acompañadas y permitidas a su vez por cambios en los marcos institucionales y de regulación (reforma del Estado, Ley de Convertibilidad, privatizaciones, concesiones, descentralización de funciones gubernamentales, Ley de Emergencia Económica, Fondo del Conurbano Bonaerense, Reformas en la Ley 8912 de Ordenamiento y usos del suelo de la Provincia de Buenos Aires, múltiples excepciones al Código de Planeamiento Urbano de la Ciudad de Buenos Aires etc.) y especialmente a partir de cambios a nivel de concepción e instrumentos de planificación y gestión urbana, en el marco de los cuales, el Estado ya casi no actuaría como inversor directo relevante, sino como promotor de grandes emprendimientos inmobiliarios o urbanísticos privados (Mignaqui, I. , 1997b : 234).

Final abierto : Buenos Aires Global o Dual ?

Tal como se ha ido intentando resaltar, la RMBA se encuentra en un proceso de transformación acelerada en los años noventa, luego de al menos quince años de escaso dinamismo, donde predominaron más bien tendencias desestructuradoras. Una parte importante de estos cambios están íntimamente vinculados a los flujos de capital extranjero y a la producción de nuevos objetos urbanos, al menos simbólicamente, vinculados al proceso de globalización y al paradigma sociocultural posmodernista.
Por un lado, podría decirse, que la ciudad de Buenos Aires y su entorno metropolitano están viviendo un proceso de expansión material de su espacio globalizado y que la ciudad tiene cierta visibilidad entre los inversores globales, como es el caso de Georges Soros. Podría decirse aún que, a juzgar por la expansión de los viajeros de negocios, la proliferación de NOU, la creciente importancia del sector financiero y su propio proceso de globalización, Buenos Aires vive genuinamente los síntomas de una megaciudad periférica fuertemente marcada por la globalización en todos sus aspectos (económicos, financieros, estilísticos, arquitectónicos, urbanísticos, comerciales, socioculturales, etc.). Sin embargo, por otro lado, también se está verificando otro proceso, menos espectacular, menos novedoso, menos perceptible : la profundización del fenómeno de la exclusión, la marginalización social y la fragmentación socioterritorial del espacio metropolitano. El hábitat de la pobreza, en los años noventa, sin demandar tanto espacio como el que hoy devoran los barrios privados, no ha dejado de crecer y se han consolidado y cristalizado vastos espacios de la RMBA con este tipo de hábitat : el "valle" del río Reconquista, la "margen" izquierda de la autopista Buenos Aires- La Plata, buena parte de los partidos de Quilmes, Florencio Varela y La Matanza, además de los viejos intersticios de la propia ciudad de Buenos Aires y de los partidos de la primera corona, que han visto repoblarse o expandirse a sus villas miseria.
Barrios enteros de la Capital Federal (Parque Patricios, Nueva Pompeya, Soldati, Lugano, Floresta, Villa Luro, Chacarita, Paternal, Agronomía, etc.) y partidos enteros del Gran Buenos Aires (Tres de Febrero, La Matanza, Lanús, Morón, Merlo, Florencio Varela, etc. ) casi no se han enterado de la globalización metropolitana.
La dualización profunda de la RMBA avanza a través de los procesos de exclusión social y fragmentación territorial, avanza a causa de la marcada selectividad territorial de las inversiones de fin de siglo que están construyendo un nuevo mapa del desarrollo metropolitano. Mapa que aún no tenemos compuesto desde la investigación científica o desde el propio Estado, pero que sí tiene extremadamente delineado el capital global. Se trata de un mapa de microdiferencias territoriales, a diferencia de los mapas con macrodiferencias que conocíamos. Un mapa fractal, diría Pierre Veltz.
La dualización avanza aceleradamente, porque no hay resistencia y contención por parte de políticas activas de inversión estatal directa para la generación de hábitat popular y de infraestructura social a gran escala, a pesar de las difusas microoperaciones desarrolladas a partir del Fondo del Conurbano Bonaerense. En fin, existe un nuevo mapa del espacio público y del espacio privado en Buenos Aires, tanto desde el punto de vista de su uso social, como de los espacios donde predomina la acción de uno u otro actor social en términos de inversión.
Podríamos mencionar otras dualidades sugeridas en el texto de este trabajo : el modelo territorial vinculado al consumo y los servicios que avanza sobre el modelo territorial vinculado a la producción industrial ; el avance de los sectores sociales de ingresos medios-altos sobre los sectores sociales populares, como sujetos de la expansión metropolitana y de sus agentes promotores ; las tensiones entre reforzamiento de la centralidad clásica y las tendencias a nuevas centralidades, la concentración de cerca del 80% de las inversiones en el Eje Norte de la RMBA, etc.
Estas observaciones y buena parte de la literatura sobre la transformación de las metrópolis centrales y periféricas plantean un interrogante final : Existe oposición o contradicción entre procesos de "globalización" de la RMBA y su contracara, la dualización del espacio metropolitano ?. Buenos Aires, tiende a ser una ciudad global o una ciudad dual ? Y, finalmente, la dualización de las ciudades, es decir la coexistencia creciente entre riqueza y pobreza, entre atraso y modernidad, constituye una contradicción o una característica esencial del nuevo espacio metropolitano postfordista-posmoderno y postindustrial tanto de las ciudades globales de Sassen como de las megaciudades periféricas?


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VELTZ, Pierre (1994b) "Des territoites pour apprendre et innover", Paris, Editions de l'aube.

1 Se entiende por Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), las siguientes jurisdicciones: a) Ciudad Autónoma de Buenos Aires ; b) Gran Buenos Aires (GBA) : 19 partidos del conurbano bonaerense y sus subdivisiones recientes, y c) Resto de la RMBA (15 partidos, a saber : Zárate, Campana, Exaltación de la Cruz, Escobar, Pilar, Luján, Gral Rodriguez, Gral. Las Heras, Marcos Paz, San Vicente ( y subdivisiones), Cañuelas, Brandsen, Ensenada, Berisso y La Plata.
2 En el sentido que le da Kamppeter cuando habla de fertilidad, como un conjunto de condiciones atractivas para el capital (Kamppeter, W., 1995 : 95-97)
3 Podría decirse que en la Argentina el proceso de reestructuración capitalista se dió en dos etapas bien diferenciadas. La primera, que podríamos denominar reestructuración pasiva, entre 1975 y 1990 aproximadamente y la segunda, reestructuración activa, desde 1991. Si bien las líneas generales del discurso predominante (reforma del estado, disminución del gasto público, disciplina monetaria, etc.) abarcó ambas etapas, sólo en la segunda se produjo el grueso de las transformaciones institucionales, macroeconómicas y materiales, que pueden denominarse efectivamente reestructuración.
4 Se cuenta la inversión inicial en la compra de tierras, en el desarrollo de infraestructura y una estimación de la inversión en construcción de alrededor de 20.700 viviendas, según el Suplemento Countries del diario La Nación del 3/10/98.
5 Existen actualmente, incluyendo al complejo del Abasto, cerca de 1.000.000 de m2 de shopping centers y otro tanto de hipermercados, a un costo de alrededor de $1.500 el m2 construído.
6 Un caso paradigmático en este sentido serían las extensas áreas de la Ciudad de Buenos Aires donde prácticamente no se observa dinamismo inmobiliario alguno , ni inversiones en infraestructura urbana o equipamientos comerciales, como es el caso de buena parte de la zona sur y oeste, frente a barrios "ganadores como Belgrano, Caballito, Palermo, Núñez, Puerto Madero, etc.) o el caso de municipios como Pilar, Escobar, Tigre, San Fernando, etc, frente al caso de los partidos de la primera corona y otros como Florencio Varela, Gral Sarmiento o La Matanza, que no recibirron mayores inversiones.
7 Resulta notable como han disminuído (en teoría) los tiempos de traslado hacia la periferia extrema de la RMBA. Los nuevos complejos residenciales, barrios privados y marinas de la zona sudeste, por ejemplo, sobre el eje de la autopista Buenos Aires-La Plata, localizados en torno al Km. 30, se comercializan destacando que están situados a sólo 15 minutos de Puerto Madero, el tiempo de traslado entre el centro y los barrios de la Capital Federal situados de 3 o 4 km de distancia del microcentro, como Caballito o Palermo.

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