Alberto Federico-Sabaté: Una ausencia con presencia permanente
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- Categoría: Número 46
- Publicado el Miércoles, 16 Diciembre 2015 17:29
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Eva M. Sarka
Docente, Investigadora y Extensionista.
Directora del Centro Regional de San Miguel, Universidad Nacional de Lujan
Han transcurrido 10 años en que Alberto Federico-Sabaté nos dejó huérfanos de su presencia, no así de su testimonio de vida que sigue siendo un referente en la continua tarea por lograr instalar, desarrollar, profundizar el significado y sentido que tiene la Economía Social y Solidaria hacia .. Otra Sociedad. Co-diseño y co-construcción de una vida digna de ser vivida por todos, para todos y con todos.
Los tiempos de la crisis (2001) que nos estaba conduciendo al infierno y a la desesperanza fueron también tiempos en que, los que resonábamos en la misma frecuencia, nos encontramos y juntos iniciamos una travesía que nos llevó y continúa llevándonos a modos de vida en que el “otro/s” sí importa. Ese sujeto colectivo que clamó y que sigue clamando por oportunidades de máximo desenvolvimiento de su ser-estar-haciendo, sigue vivo y en expansión. Quizás silencioso aún, pero vivo y en procesos de aprendizaje espiralados.
La voz de Alberto se elevaba, (sigue haciéndose escuchar), siempre con pasión, convicción y entrega; fue y será un ejemplo de un modo de estar-siendo en que la reproducción de más y mejor vida era su faro….iluminando el tiempo actual, el de la epistemología “desde” el Sur, la del Buen Vivir de nuestros ancestros.
A todos los que tuvimos oportunidad de caminar con él en la prosecución de sueños compartidos, nos reunía la convicción de que eran factibles de ser realizados. Sus escritos, sus experiencias de vida, su particular “pedagogía” eran referentes sustantivos para no tropezar con cegueras e ignorancias adquiridas por mucho tiempo de oscurantismo y discriminación.
En diversas actividades y en el “Taller de Promotores de Redes Barriales” (1) el método fue el del diálogo, volver a mirarse unos a otros con confianza, en la aceptación de que era posible el entramado entre actores diversos, con historias y perspectivas en cuestionamiento, ensayando senderos nuevos, en la co-construcción de una nueva oportunidad histórica. Todo ello implicó poner en juego una escucha efectiva, una emocionalidad pro-activa, apertura a otros hábitos y prácticas sociales, complementarse unos con otros, crear en territorio nuevas narrativas. A cada paso que se daba se interpelaba la propia visión, los propios saberes adquiridos, las experiencias recreadas.
Alberto Federico-Sabaté perteneció a esa estirpe de personas que, a pesar de todo y todos, con tesón, muchas veces con tozudez, seguía y seguía generando espacios abiertos en que los saberes, las vivencias y los sueños de todos y cada uno fluyeran, se expresaran y se entramaran en acciones transformadoras.
